Acoso escolar, también conocido como bullying

Introducción

El acoso escolar, también conocido como bullying, es un problema creciente en las escuelas y se trata de un maltrato entre pares que se presenta de forma reiterada y, por lo general, se prolonga por largo tiempo, pudiendo llevar al suicidio a quienes sufren este tipo de hostigamiento. Éste puede ser de tres tipos: psicológico, físico o simbólico.

Nuestro objetivo en este trabajo es abordar la problemática en cuestión, puntualmente, desde la discriminación sufrida por personas con preferencias sexuales que no se atan al paradigma clásico y limitante de nuestra cultura, es decir, homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales, travestis, crossdessers y demás variantes. De ahora en más, el uso del término “homosexual” o “comunidad LGBT” serán de entenderse como comprensivos de todas las variantes posibles de dicho término.

Partiendo de la hipótesis de que el bullying se hace presente en nuestra ciudad de manera recurrente y hostil, en particular sobre aquellas personas que se presumen homosexuales, y considerando a éstas como objetivos primordiales al momento de escoger las víctimas potenciales, desarrollaremos una fundamentación teórica del tema y contaremos con el testimonio anónimo de ex alumnos y docentes de escuelas secundarias de Bahía Blanca.

La homofobia y las opresiones socioculturales son culpables

Son de público conocimiento las problemáticas político-institucionales que atormentan al sistema educativo de nuestro país. La falta de recursos, la fragmentación que existe en la escuela -tanto entre niveles como entre disciplinas- y la confusa tarea del ministerio de educación son factores que alimentan el descontento de profesores y maestros que intentan educar en un clima adverso. Al iniciar su tarea para instituciones estatales argentinas los docentes llegan a pasar meses sin recibir remuneración económica alguna, situación que los empuja a realizar paros docentes en reclamo de condiciones dignas de trabajo. Conflictos de este tipo convierten a la escuela en un campo propicio para la violencia, el desgano y la falta de tolerancia, tanto de docentes y directivos como de alumnos y padres de todos los niveles.

El acoso escolar no es un fenómeno del siglo XXI sino que siempre ha estado presente en las aulas, sin embargo, no era frecuente que los casos del llamado bullying desembocaran en el suicidio de la víctima; el problema solía terminar cuando el chico por iniciativa propia o de sus padres decidía cambiar de colegio.

Silvia Bleichmar en su libro: “Violencia social - Violencia escolar”, sostiene que la cuestión central de la infancia es la construcción de legalidades y que es la derrota de la impunidad lo que brindará garantías para la construcción de un recontrato intersubjetivo en la sociedad actual. Para garantizar su continuidad, la especie humana deberá valerse de la elaboración de instrumentos, artefactos, códigos de comunicación y convivencia.

Para favorecer dicho proceso se ponen en marcha mecanismos y sistemas externos de comunicación de transmisión para las nuevas generaciones. Aquí juega un rol fundamental la escuela ya que es la encargada de permitir que dicha reproducción continúe. Por este motivo es dónde se dan las pautas de comportamiento y reglas para intentar forjar el ideal de ciudadano que una dada sociedad espera alcanzar. Este fenómeno se lo conoce como socialización y atribuye a la escuela una función conservadora. Por eso, cualquier individuo que no responda al ideal de hombre es objeto de bullying.

El fundador de la ONG “Bullying sin fronteras”, el Dr. Javier Miglino, dijo sobre la situación en la Argentina:

"Junto al equipo interdisciplinario de Bullying Sin Fronteras, conformado por médicos, psiquiatras, psicólogos, psicopedagogos, educadores, abogados, periodistas y padres de chicos que han padecido bullying, hacemos el Informe Nacional de Bullying en nuestro país y el permanentemente las cifras crecen. Es preocupante porque a la vez que tenemos más casos denunciados, también pudimos establecer que hay más violencia en los chicos. Ya no solo se padece bullying por el mayor rendimiento escolar o atributos físicos sino directamente la belleza en particular de las chicas las ha hecho foco de golpes, amenazas y burlas y los viajes a Bariloche que antes eran momentos de esparcimiento y alegría con vistas a la finalización de los estudios cada vez se parecen más a las "novatadas universitarias" que se practican desde hace años con resultados violentos en universidades de los Estados Unidos de América de parte de estudiantes avanzados sobre los recién llegados[...] Desde el año 2013 sufrimos los homicidios de Nayra Cofreces, cuyas asesinas fueron condenadas en Junín el pasado 2 de mayo (ese día se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Bullying) y Facundo en la Provincia de Salta. Más los suicidios en La Pampa de Milton y en el barrio porteño de Nuñez de Francisco en una secuencia de muertes que dejó atrás el primer gran caso de acoso escolar cuando un chico conocido como 'Junior' en la Ciudad de Carmen de Patagones fue 'la víctima' de bullying quién decidió vengarse y terminó matando a tres compañeros en el año 2004"

Las causas del acoso escolar son diversas, nosotros abordaremos particularmente aquellas que aluden a la elección sexual de las personas.

En un texto presentado por Raúl Balbuena Bello para la Universidad Autónoma de Baja California se hace referencia a textos del autor Clifford Geertz, en los que éste considera que la cultura construye estructuras psicológicas que guían la conducta de los individuos, y también, que el conocimiento de la cultura es lo que nos permite obrar de manera aceptable en una sociedad. El autor parece ser más audaz, dice Balbuena Bello, cuando propone entender la cultura como una serie de mecanismos de control que gobiernan la conducta.

En la cultura occidental han regido desde siempre ciertos paradigmas opresores de las libertades –supuestas– con las que contamos todas las personas, entre ellos se encuentra la imagen de la familia “tipo” moderna, formada por un padre varón

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