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Actores O Expecadores De La Historia Nacional


Enviado por   •  22 de Marzo de 2013  •  2.920 Palabras (12 Páginas)  •  494 Visitas

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...y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Juan 8:32

La Historia nos muestra acontecimientos trascendentales por los cuales existieron luchas arduas para conseguir derechos y principios fundamentales para el buen vivir de la humanidad. Sin ir muy lejos, en nuestro país, se proclamó el primer grito libertario de las Américas, tras la necesidad imperiosa de obtener nuestra libertar y poder decidir sin ninguna restricción el futuro de nuestros pueblos. Ahora bien, es necesario mencionar que los jóvenes han sido los promotores de tales movimientos con un compromiso total a la causa luchada, ejemplos claros como los hermanos Zudáñez, Bernardo Monteagudo, nos muestran a jóvenes sedientos de justicia que sin lugar a dudas dieron su total lealtad hacia sus principios y valores. Por tanto, es de celebrar aquellos logros de personas que sin ser más que decididas obtuvieron sueños que muchas veces parecían utópicos. Sin embargo, hoy en día, en pleno siglo XXI, la juventud en su conjunto tiene una cuestionarte que a pesar de parecer entretenido, es un aspecto a tener en cuenta puesto que aún se tiene la duda sobre sí, los jóvenes, somos el presente o el futuro de la humanidad.

Sin lugar a dudas, las luchas y las conquistas juveniles de hoy en día, ya no van referidas a luchas físicas por la exigencia de derechos y/o otras garantías que son de suma importancia para el buen vivir, más al contrario, Bolivia, como un país libre, democrático y de Estado de Derecho nos otorga todo lo mencionado como un legado de generaciones pasadas. Entonces, ¿Cuáles son aquellos problemas que nos aquejan hoy en día? Tenemos la materia prima, más no sabemos cómo modificarla para obtener de ella un producto acabado. Tenemos un sin número de derechos y deberes como sujetos activos de una sociedad dinámica, sin embargo no encontramos los procedimientos ni los medios necesarios para poder alcanzar aquellos logros. Y es que muchas veces, no aceptamos el verdadero papel que el destino del futuro nos puso en nuestras manos, pues creemos que no estamos lo suficientemente preparados para vivir lo real, y tenemos la errónea idea de que el momento llegará cuando sea “necesario”.

Lo cierto es que vivimos en un mundo azotado por los medios de información y comunicación, y un fenómeno social denominado globalización, que dejó de ser un término de conquista occidental y llegó a ser nuestro diario vivir, por el cual podemos tener un amplio conocimiento de nuestro exterior y sobretodo llegar a conocer los grandes problemas que los jóvenes tenemos. Más al contrario, dentro de la realidad parecería que esta se mezcla con aspectos fantásticos que nos muestra un mundo cibernético en el cual lo único que podemos hacer es ser espectadores en relación a situaciones actuales que deberían ser de mayor trascendencia en la vida de cada joven. La existencia de una relación protagónica con nuestra sociedad día a día trata de desaparecer por motivos que nos llevan de una racionalidad a una oportunidad oscura por parte de políticos y/o personas que han tenido una participación en la historia nada transcendental, por el mismo hecho e idea profundamente implantada de que los jóvenes, al ser personas con mucho “vigor” (característica de los mismos), no llegamos a pensar adecuadamente en momentos de crisis y que nuestra situación como tal nos conlleva a una espera interminable para poder tener una participación total dentro de un futuro, que se supone que tendríamos que ya estar construyendo.

Entonces, ¿existe una contradicción fática en relación a lo que las leyes nos muestran y la realidad de mis palabras? La respuesta sin lugar a dudas es SI, puesto que el hecho fatico es que por las mismas razones de no mostrar una participación activa en los cambios en los cuales deberíamos ser actores principales en esta obra denominada “Futuro”, muchos se han aprovechado de esta situación y nos han arrebatado lo que por historia nos correspondía. Hoy en día, por ejemplo, simplemente podemos disfrutar de una participación seudo – participativa, en la cual solo podemos advertir de que estamos siendo espectadores de la historia mediante un proceso electoral como votantes y no así como votados, un proceso, corrompido por propuestas sin ninguna objetividad y mucho más enmarcadas en la popularidad que se pudiese lograr con la masa votante con aspectos meramente superficiales y fuera de cualquier conciencia y convicción política.

Y lo más lamentable, el grupo focal para cada elección llegó a ser la masa juvenil que regularmente son personas entre 18 y 25 años, que no son envueltos por propuestas serias que puedan determinar la conciencia juvenil, que como principio natural debe ser la búsqueda de la justicia y de la igualdad. Al contrario, vemos que muchos combatientes contra este tipo de conductas del sistema ya fueron corrompidos con la mentalidad de que los cambios verdaderos nunca llegaran y que por esta situación debemos conformarnos con aquel candidato que mejores “regalitos” nos puede ofrecer; llegando a situaciones humillantes para la conciencia política juvenil al acceder y recibir desde un lapicero sin utilidad con el nombre del candidato, cigarrillos con la fotografía del mismo y hasta celulares de procedencia dudosa, para que un voto que debería buscar una verdadera transformación hacia un futuro prometedor, se corrompa por este tipo de situaciones.

No solamente tenemos que pasar este tipo de ultrajes en situaciones electorales, más al contrario, cada vez nos encontramos inmersos en mentiras y ultrajes políticos, y lo peor de todo, muchas veces utilizados como se denominaría “carne de canon” para que aquellas personas que se suponen deberían tener el rol de líderes, puedan salvar sus pellejos a costas de nuestros ideales y nuestro todavía ferviente patriotismo, que nos tienen inmersos en la idea de que al hacer lo que ellos nos piden que hagamos, estamos demostrando nuestro fervor cívico, y de esta forma, sin ninguna consideración somos removidos y además son lavados nuestros cerebros por los medios masivos de comunicación tratando de mostrarnos que hacer lo correcto no es lo justo sino que al contrario, llegamos a ser atacados con un punto de nuestra propia existencia que muchas veces la tenemos aún en un estado de desarrollo, el cual es nuestra “identidad” como personas, grupos, entornos de existencia y sobretodo relaciones sociales; identidad que es creada a través del contacto directo que tengamos con nuestro entorno.

Ahora bien, la interculturalidad no es un término nuevo, simplemente está siendo resonado, por la necesidad del termino como tal dentro de los cambio estructurales que nuestro país está viviendo. La convivencia y la interacción entre grupos humanos de distintas culturas, siempre ha existido desde tiempos inmemorables

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