Adolescencia Y Principios
victorvach9 de Noviembre de 2014
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EL ADOLESCENTE Y LA ADOLESCENCIA
La transición de la niñez a la adultez presenta características que le son propias e independientes de la sociedad o la época en que éstas se producen. De tal manera, los cambios físicos de la pubertad solo parecieran estar influidos en su aparición más temprana o tardía por aspectos genéticos, nutricionales y ambientales, así diferentes estudios mencionan que la aparición de la menstruación se da en edades cada vez más tempranas.
El adolescente tiene una relación con el medio social y cultural en el cual le toca desempeñarse, pero en su intimidad, en su transición de niño a adulto, todo lo que ocurre en su esquema corporal, en su sexualidad, en su sociabilidad, en el uso de la libertad, es bastante inmovible a través de la historia.
PRINCIPIOS DE AUTONOMIA
El principio de autonomía es considerado por diversos autores desde distintos ángulos, pero expresados de distintas maneras, por lo que puede reconocerse como el principio de permiso, de libertad, etc. Es el derecho de toda persona de elegir su propio destino siempre y cuando no afecte a otras.
Por autonomía se entiende que la persona responsable, tiene el derecho (también el deber) de actuar por su propia determinación. Requiere la libertad necesaria para que el ser humano responsable delibere, forme sus juicios de valor o de conciencia y, luego, decida libremente y ejecute su decisión.
Este principio tradicionalmente se aplica a la persona adulta considerada en la definición anterior como "el ser humano responsable"
En caso de tratarse de un niño, es lógico suponer que son sus padres, tutores o encargados quienes detentan este defecto.
Lo que no es tan claro en este principio, es la ubicación del adolescente y el joven. ¿En qué momento se alcanza la responsabilidad? ¿Puede ser simplemente limitada por una regla o ley que comprenda la edad cronológica? ¿Se adquiere de un día para otro como subordinación a una fecha determinada? Diversos autores han considerado que la moral y la responsabilidad se van desarrollando en el crecimiento humano, Kohlberg L y Giligan, consideran tres estudios del desarrollo moral: el preconvencional (el bien y el mal en términos de sus consecuencias: premio-castigo); el convencional de la adolescencia temprana (se mantienen las expectativas y reglas familiares) y el posconvencional de la adolescencia tardía y de la juventud (fuerte impulso hacia principios morales autónomos).
Lo anteriormente expresado, nos presenta el hecho de no poder considerar al adolescente como unidad, ni por su edad, ni por su cultura, ni por la sociedad en que vive.
Mientras en algunas comunidades asistimos a una extensión del proceso del adolescente, en otras, tal vez, ésta es inexistente.
Por ello el proceso de desarrollo en el cual el adolescente se encuentra, debe ser considerado por el profesional que lo guíe u oriente y según afirma Silber: "Guiar no significa imponer valores y por ello debe evitarse el rol de predicador, que suele ser contraproducente por razones no sólo éticas, sino también prácticas. "El tema se torna más complejo en el sentido que en la medida de que el adolescente va ganando autonomía y responsabilidad, los padres y tutores en forma similar ven disminuir la suya. Esta situación debe ser considerada en cada caso en particular y variará en relación con la problemática que se plantea. Implica, asimismo, una importante consecuencia legal. La legislación de los diferentes países suele ser consecuencia del cuerpo social y la mayoría de las veces se legisla con posterioridad a los cambios sociales. De esta manera, nos encontramos en una sociedad posmoderna, donde la legislación respectiva se adecua a los anteriores conceptos de la modernidad, donde la patria potestad era un derecho absoluto de los padres, ejercido hasta la mayoría de edad de sus hijos. Surgen, de esta situación importantes derivaciones en cuanto a la posibilidad de confidencialidad y el secreto profesional. Un tradicional aforismo médico dice: "No hay medicina sin confidencialidad, no hay confidencia sin confianza y no hay confianza sin secreto."
Adolescentes Vs. Padres
"Hay padres que todavía no comprenden que se acabó la tiranía con los adolescentes y no se dan cuenta que se trata de aconsejar, conduciéndolos, sin que ellos lo noten, hacia donde uno quiere".
Es muy poco inteligente querer evitar que un adolescente pase a ser él, el único responsable en construir su vida presente y futura. Ese es el camino hacia adultos débiles y vulnerables, moldeables como arcilla.
Hombre y mujeres que se ponen siempre bajo el dominio de otros. No es "lucha generacional", en esta guerra, frontal o no, se trata de batallas basadas en el estilo de vida del dominio entre los hombres.
Dominios que podemos clasificarlos en:
• dominio frontal , las cosas se dicen tal cual : "padres ordenar - hijos acatar" (tengan la edad que tengan), el juego está puesto sobre la mesa y le posibilita al joven aceptarlo o no. Podrá hacerlo de acuerdo al grado del dominio, a la relación de los padres, a su personalidad.
• dominio disfrazado, (el ejemplo citado) es un engaño consciente ; para el hijo muy difícil de salir, y en general va formando gente sin identidad propia.
Relaciones tramposas en donde padres también quieren dominarse entre sí. Y todo con una máscara de igualdad y respeto. El hijo no busca su independencia sino que por el contrario desde la otra punta está batallando por seguir la dependencia pero cambiando el lugar del dominante. El fin es pasar él mismo a conducir y ordenar la vida de sus padres.
Es importante estar atentos a las contradicciones personales en las que coexisten el deseo sincero de que el hijo sea libre de elegir él su presente y futuro con formas de relación autoritarista ; con aspiraciones de dirigir la vida del hijo, en esto hemos sido educados, que hay que captarlas.
Esto hace necesario una comunicación, abierta y sincera en cuanto a el tipo de relación, poniendo atención en las formas que pautan ese tipo de relación dependiente y autoritaria. Indica un diálogo realmente sincero, en el cual padres e hijos tienen que hacer el esfuerzo de escucharse realmente en las críticas o replanteos mutuos.
El dominio inconsciente se explica por que :
• En la formación infantil personal se asimilan o interiorizan formas de ser que quedan a un nivel inconsciente. Formas de ser que tienen que ver, por ejemplo, con la relación con la pareja y con los hijos.
• En forma natural, en la adolescencia, se hace una revisión de estilos de vida, de formas de relaciones de su familia. Y cuando se hace una revisión de este tipo de relaciones se eligen formas distintas.
Se desecha lo impuesto masivamente, sin discriminación personal, y se elige desde uno mismo. No obstante lo rechazado, que fue adquirido desde muy temprana edad, suele quedar sin "digerir", enquistado internamente.
• Y son justamente estos los esquemas que se reactualizan mas que nada a nivel de conductas cuando uno pasa a ser padre. Generando la contradicción. Se recurre a ellas también por ser las formas mas conocidas, por haber sido la experimentada y sobre la que tenemos mas referencias ya que aparte del sostén - seguridad que dan las figuras paternas propias esta forma de relación tiene aún el consentimiento social.
La relación se puede tornar en torna confusa e imprevisible, y en cualquier momento puede eclosionar en distintas enfermedades psíquicas o somática de cualquier miembro de la familia.
El camino natural no es nada fácil, aproximadamente de los 13 a los 20 años la persona, luchará consigo misma y con los demás por su individuación , diferenciándose tanto de sus padres, como de lo que sus padres hipotéticamente esperaban de ella. Poder llegar a ser diferente sin hacerlo por la forma contraria.
Padres e hijo pasarán a tener una relación de adulto a adulto.
En este marco cada adquisición de uno tiene que ver con modificaciones en el otro. Los avances personales del adolescente son favorecidos o trabados o imposibilitados por los cambios de sus padres.
Los costos de este madurar son muchos y muy altos. Ejemplos de estos son: enfrentarse con la necesidad de elegir por uno mismo, sin acatar ;la soledad de jugarse con la propia responsabilidad sin el beneficio de poder descargar las culpas a sus padres; el construir un proyecto de vida personal propio lo pone ante múltiples alternativas, y aprender que la suya no es ni la misma ni la opuesta a la que los padres le indican, lo enfrentan con la duda y la incertidumbre.
Al evolucionar hacia su independencia afectiva, el adolescente reclama a sus padres más autonomía. Sin embargo, no necesita autonomía completa, y, dada su inseguridad, sufre si se le otorga demasiada independencia, la que puede sentir como un abandono.
Los padres deben estar constantemente a su lado para responder a sus dudas, poner límites, intervenir cuando lo consideren necesario, pero, por el bien del adulto naciente,
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