Principios de Autonomía, Beneficencia y No Maleficencia

Principios Éticos

AUTONOMÍA, BENEFICENCIA Y NO MALEFICENCIA

Como personas tenemos la libertad de tomar nuestras propias decisiones y de poder equivocarnos mientras que nuestras elecciones o actos no perjudique o dañen a los demás.

Esto no quiere decir que el paciente pueda hacer lo que quiera, si esto atenta nuestra ética, como nutriólogos. Por lo cual en ocasiones se deben valorar las circunstancias. Si lo que el paciente quiere va en contra de nuestros principios se puede dejar de lado el principio de autonomía del paciente ya que su opinión no sólo lo perjudicara a él, sino a nosotros como profesionales. Así, en el área de la salud siempre debemos informarle al paciente sobre todo lo relacionado a su tratamiento y asegurarnos de que antes de que tome una decisión este totalmente consciente de lo que este conlleva. Al hacer esto, estamos respetando la autonomía y la libertad que cada uno tiene para elegir.

Por otro lado, el principio de beneficencia se refiere a la obligación moral de actuar en beneficio de otros. Es el deber de ayudar al prójimo por encima de los intereses particulares, obrar en función del mayor beneficio posible para el paciente y procurar el bienestar de la persona enferma.

Por lo tanto, los elementos que incluye este principio son todos los que implican una acción en beneficio que haga o fomente el bien, prevenga o contrarreste el mal o el daño. Muchos actos de beneficencia son obligatorios, pero el principio de beneficencia, tal y como nosotros lo entendemos, impone una obligación de ayudar a otros a promover sus importantes y legítimos intereses. Nosotros como nutriólogos debemos de poner en practica este principio ya que como profesionistas y como seres humanos podemos utilizar nuestros conocimientos y habilidades para el beneficio de las demás personas, tal es el caso de la famosa filántropa: Madre Teresa de Calcuta, ella siempre vio por el bien para los demás y no para ella misma.

Sin embrago, este principio de beneficencia está íntimamente ligado con otro más, no solo vamos a procurar hacer el bien a nuestros pacientes, sino que también debemos procurar evitar causarle el menor daño posible, así llegamos al principio de no maleficencia.

Este principio es uno de los más antiguos en la medicina hipocrática: Primum non nocere, que significa, no hacer daño al paciente, es la formulación negativa del principio de beneficencia que nos obliga a promover el bien. Los preceptos morales provenientes de este principio son: no matar, no inducir sufrimiento, no causar dolor, no privar de placer, o causar alguna discapacidad evitable. Las obligaciones derivadas consisten en realizar un análisis riesgo/beneficio ante la toma de decisiones específicamente en el área de la salud y evitar la prolongación innecesaria del proceso de muerte, a este concepto de le llama distanasia. Se trata de respetar la integridad física y psicológica de la vida humana. 

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