Adolescentes Del Mundo
Enviado por Jacquelineram • 30 de Septiembre de 2013 • 2.280 Palabras (10 Páginas) • 308 Visitas
ADOLESCENTES DEL MUNDO
Casi la mitad de la población del mundo, unos 3.000 millones de personas, tiene menos de 25 años. Entre la población total de adolescentes, 1.300 millones se encuentran en los países en desarrollo y más de 500 millones son niñas adolescentes. La adolescencia es un período de transición entre la infancia y la edad adulta y, por motivos de análisis, puede segmentarse en tres etapas: adolescencia temprana (de 10 a 13 años de edad), mediana (14-16), y tardía (17-19). Es una época muy importante en la vida debido a que las experiencias, conocimientos y aptitudes que se adquieren en ella tienen implicaciones importantes para las oportunidades del individuo en la edad adulta. UNICEF concede una especial importancia a la tarea de llegar a los adolescentes en mayor situación de desventaja y marginación mediante la protección de sus derechos en todo tipo de situaciones, entre ellas los conflictos, la etapa que transcurre después de los conflictos y las emergencias.
Adolescentes y grupo de pares
La relación con los compañeros, como consecuencia de los cambios de forma de vida, se vuelve cada vez más fuerte y bienestar de los adolescentes pasa a depender del lugar que ocupan en los grupos, donde todos son atraídos por los más populares. El grupo de pares es por otra parte un agente sociabilizador muy importante, en el cual si no se está bajo influencia negativa el adolescente aprende a conocerse y a entrenarse en habilidades sociales. Se ejercita en enfrentar conflictos, negociar, establecer y respetar reglas, manejar relaciones competitivas. La ubicación dentro del grupo de pares tiene un fuerte impacto en la formación de la imagen de sí mismo y de la autoestima. Los menos aceptados tienen mayores posibilidades de deserción escolar y presentar mayor incidencia de problemas. Tener amigos disminuye los efectos negativos de eventos de estresantes
Matrimonios infantiles en India: Desde los 10 años ya hay bodas
Pese a que la edad legal para casarse en India son los 18 años, en numerosos Estados y en los sectores rurales los niños son casados por sus familias a partir de los 10 años, generando una gran problemática social. Krishna y su esposo Gopal se casaron hace tres años en la localidad de Baran, en el Estado de Rajastán, cuando apenas tenían 11 y 13 años de edad.Esta familia, retratada extensamente por el fotógrafo Danish Siddiqui, refleja una difícil realidad: Krishna, con actuales 14 años, dio a luz recientemente a Alok, pero como su cuerpo aún no estaba preparado para el parto, tuvo serias dificultades, perdió mucha sangre y casi pierde la vida. Mientras que Gopal, ahora de 16 años, ha comenzado a abusar del alcohol, no tiene trabajo y tampoco se ocupa de las tierras de soja de su familia. Cuando se le preguntó a Gopal cuál fue el apuro por expandir la familia, él respondió: “Nada más que hacer, no hay trabajo, la vida es muy aburrida”.
En India la edad legal para contraer matrimonio son los 18 años, pero en numerosos Estados y especialmente en las zonas rurales, los matrimonios entre niños son una realidad muy extendida, tanto así que el país que concentra el 40% de los matrimonios infantiles a nivel mundial,. Para la Unicef, es difícil conocer el número exacto de matrimonios infantiles, puesto que muchos de ellos no están inscritos y no son oficiales. Sin embargo, según datos obtenidos a partir de encuestas, en los países en desarrollo, más de 60 millones de mujeres de entre 20 y 24 años contrajeron matrimonio o vivían en pareja antes de haber cumplido 18 años. De ellas, más de 31 millones viven en Asia Meridional .La campaña busca que las familias de las aldeas tomen conciencia de los problemas de los adolescentes. “Cuando el cuerpo de la joven no está desarrollado, los embarazos presentan muchas complicaciones; cuando nacen no saben cuidar a los hijos; y muchas veces esas chicas son más vulnerables a sufrir violencia de género”, explica Rameswari, que lidera la campaña. El alto valor de la virginidad en la cultura India influye en gran medida en esta práctica. Así, los padres sacan a sus hijas de los colegios por temor a que se enamoren, pero al dejarlas en casa cuando van a trabajar siguen temiendo que algún hombre se aproveche de ellas y no puedan concertar su matrimonio.Es un círculo que sólo termina cuando casan a las hijas. “Los hijos son considerados los ahorros de la familia, mientras que las hijas son un gasto enorme, porque para casarlas tienen que pagar la dote. Quieren liberarse cuanto antes de esa carga”, explica Doreen Reddy, directora del sector de Mujer de la fundación.“Estudiar no es importante para ellas porque no pertenecen a su familia sino a la de su futuro marido. Por eso no quieren gastar dinero en su educación. Lo importante es que esté delgada”, afirma Reddy. De las menores que se iban a casar este año, 23 ya están trabajando y 38 han continuado sus estudios. Resulta “imprescindible” el trabajo que se está realizando desde el sector de educación, entregando bicicletas para que las niñas se desplacen hasta los colegios, así como becas e incentivos para que continúen con sus estudios.
Para concluir, recordemos la fábula del idiota.
En un pueblo indio, había un muchacho al que llamaban “el idiota”. Un visitante extranjero oyó hablar del chico y quiso averiguar el por qué.
Un día, lo vio entre un grupito de gente, se acercó y observó. Algunos le enseñaban una moneda de 100 peso en una mano y una de 50 en la otra, y le daban a elegir; el muchacho pensativo, acababa por elegir la moneda de 50 pesos y con ello causaba grandes risotadas a todos.
“Ese es el idiota!”, decían provocando que varios, en el afán de reírse del muchacho, le continuaran poniendo las monedas, acabando siempre por la risa.
El extranjero indignado, llamó al muchacho y le dijo: “¿Cómo consientes tanta burla? Cuando te ofrezcan las monedas, no seas tonto y elige la de 100 peso, que tiene más valor y evitarás que se burlen de ti”. El muchacho le contestó: “Señor, yo no soy idiota, si eligiera la moneda de 100 peso ganaría una vez, pero no provocaría risa ni afán de ofrecerme más monedas, mientras que eligiendo la de 50 pesos cada vez, he reunido muchísimo más dinero que 100 pesos y ellos siempre tienen ganas de ofrecérmelas otra vez para reírse”.
La apariencia del adolescente medio nos puede llevar por un camino equivocado. Podemos caratularlos de una manera que no nos permita conocerlos realmente y menos aún servirlos con excelencia. Descubramos, como el extranjero, quiénes son los adolescentes en verdad y no nos conformemos con decir “Déjalos, son adolescentes, no valen la pena”.
Para concluir, recordemos la fábula del idiota.
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