Alma
Enviado por jlzg1 • 19 de Marzo de 2015 • Informe • 549 Palabras (3 Páginas) • 243 Visitas
Alma es una joven de 18 años recién egresada del Colegio de Bachilleres en donde curso la salida ocupacional en diseño gráfico, y desde unos meses, encontró trabajo como ayudante de producción en una pequeña empresa dedicada a la elaboración de material impreso, ubicada en un edificio antiguo del zócalo de la ciudad de México. El área producción donde ella realiza sus actividades se encuentra en el sótano del edificio, un espacio de reducidas dimensiones, con una sola ventaba que da al exterior, el techo y las paredes tienen un color oscuro proporcionando con ello una iluminación pobre y mortecina.
Desde su primer día, Alma quedo a cargo de Jesús, un hombre de 48 años de carácter serio, que es el responsable de la máquina de color, y a pesar de que explica muy bien cómo debe hacerse el trabajo, también es muy exigente en lo que respecta a la calidad.
El proceso de producción consiste primero en retirar las muestras de papel impreso de los rodillos de la máquina y, con ella entre las manos, dirigirse hacia una mesa que está colocada, de frente, bajo la ventana y arrimada a la pared. Una vez ahí se debe encender una lámpara de escritorio y revisar la calidad del color, comprobado lo anterior se procede a la impresión de los pliegos y colocarlos en los anaqueles.
Sin embargo desde hace tres días Alma ha comenzado a observar que Jesús tiene muchos problemas para realizar el trabajo, ya que al retirar las muestras de papel las revisa una y otra vez colocando el papel bajo la luz que entra por la ventana. Al cabo de unos segundos, hace una mueca y deja el papel sobre la mesa, murmura unas palabras, se talla varias veces los párpados con los dedos; después, saca un pañuelo del bolsillo y lo pasa sobre sus ojos con el fin de secar las lágrimas que ha derramado. Tras todas estas acciones, se coloca las gafas que lleva colgadas del cuello, mira de nuevo la muestra impresa y, tras un gesto de aprobación, regresa hacia la máquina.
Al darse cuenta de la cara de curiosidad de Alma, le explica lo siguiente:
Hace más de un año que tengo problemas con la vista. Con frecuencia, durante el trabajo, me arden mucho los ojos y lagrimeo sin querer. Además, el asunto de la vista cansada se me ha disparado y ya no puedo ver sin esta porquería de gafas; encima, raro es el día que no salgo del trabajo con dolor de cabeza.
¿Esto no tendrá que ver con la luz tan mala que hay en el taller? —le pregunta Alma.
Lo más seguro, pero como siempre ha estado así, y el trabajo funciona, no hay manera de que le den importancia. Lo que sí está claro es que la chamba se me complica cada día más por culpa de la vista. Sin ir más lejos, la lámpara de la mesa lleva más de un mes descompuesta y para comprobar las muestras de impresión por la tarde, cuando ya no hay luz natural, tengo que
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