Alteraciones musculo-esqueléticas en niños en edad escolar básica

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UNIVERSIDAD ESTATAL DEL

VALLE DE ECATEPEC

NON NOVA SED SECUS NOVA

La participación del Lic. en quiropráctica  en la creación de normas oficiales en temas relacionados con alteraciones musculo-esqueléticas en niños en edad escolar básica.

ENSAYO

QUE PARA OBTENER EL TITULO DE

LICENCIADO EN QUIROPRACTICA

PRESENTA

ROBERTO MONTOYA RODRÍGUEZ

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INTRODUCCIÓN.

Cuando hace miles de años el hombre se incorporó y comenzó a caminar sobre sus pies en forma erecta, empezaron los problemas para la columna vertebral. La columna de un animal, por ejemplo un perro, soporta el peso como una viga sostenida en cuatro puntos, por el contrario, la espalda de un ser humano lo hace como un pilar sobre dos puntos de apoyo(1). Cada vez que nos paramos o nos sentamos, la espalda trabaja en contra de la gravedad para sostener una estructura superior pesada.

Las alteraciones musculo-esqueléticas principalmente de la columna vertebral, representan actualmente un problema de Salud Pública en general, debido a su alta incidencia, su poder invalidante, el elevado índice de absentismo laboral que genera y los altos costos sociales(2,3).

Es alarmante que los problemas de espalda, aparezcan a una edad cada vez más temprana, principalmente en niños en edad escolar(4). Según las encuestas realizadas por el instituto nacional de estadística, geografía e informática, en el 2006 por grupos de edad, en el país había 10.6 millones de niños de 0 a 4 años, 11.2 millones de 5 a 9 años  y 10.7 millones de 10 a 14 años(5). De estos un mínimo de 24 millones de niños en edades comprendidas entre los 4 a 14 años son los más vulnerables a desarrollar problemas musculo-esqueléticos principalmente de la columna vertebral(4).

Los malos hábitos posturales, que son adoptados de modo inconsciente en niños en edad escolar y más aún que cargan diariamente hacia su escuela, voluminosas y pesadas mochilas para transportar sus útiles, son los principales factores que predisponen a   diversos desequilibrios musculo-esqueléticos, y éstos a su vez desencadenen dolores de espalda(6). Por todo lo anterior,  los organismos de salud  deben enfocar una particular atención a la población infantil en etapa escolar, estando en contacto directo con  los alumnos para así saber qué corregir y qué información necesitan, poniendo una especial atención en crear normas y reformas para prevenir o evitar lesiones musculo-esqueléticas(7). Y que estas  se elaboren por un grupo de expertos en el tema incluyendo al Lic. En quiropráctica.

Sin duda alguna el conocimiento y la opinión del quiropráctico  profesional en  la prevención y tratamiento de alteraciones musculo-esqueléticas principalmente de la columna vertebral desde edades tempranas(8), lo hace un facultativo para que en conjunto con las autoridades competentes desarrollen planes, programas, normas y reformas.

Las lesiones en la columna comienzan a desarrollarse mucho antes de que se presente dolor por primera vez; la mayoría se deben a efectos acumulativos en edades tempranas. La única prevención para no sufrir este tipo de dolencias, que pueden condicionar la alteración de la calidad de vida, es tomar conciencia, prevenir y evitar  prácticas nocivas para la salud musculo-esquelética(4).

Riesgos  en la escuela.

Por la naturaleza propia de los niños, las caídas y contusiones son frecuentes al  tratar de  descubrir qué hay en los lugares a los que no pueden acceder o bien a intentar llegar a donde hay algo que llama su atención (tijeras, recipientes de cristal, etc.). Peldaños, rampas y escaleras portátiles constituyen un peligro potencial para los niños; así como colocar mobiliario de adulto con aristas puntiagudas en zonas de paso de los niños, ya que por su altura, los niños son más propensos a darse golpes en la cabeza(9).

Los problemas de la espalda, se producen sobre todo por malas costumbres que se adoptan.  Si no se  modifican, pueden llegar a dañar  gravemente la columna vertebral. Franco-Abreu G, Rodríguez, analizaron la información de los expedientes clínicos de niños hospitalizados por lesiones producidas accidentalmente, en un periodo de dos años.  Se revisaron 301 expedientes de menores de 15 años hospitalizados en 1997 y 1998. Se obtuvo información acerca de su sexo, edad, diagnóstico de egreso, tipo de accidente, lugar del accidente, tratamiento y la letalidad. El grupo de edad en que se observó mayor frecuencia de accidentes fue el de los escolares, con 41.8%. Las lesiones más frecuentes fueron fracturas (45.5%) y los traumatismos craneoncefálicos, (39%). Los tipos de accidente más comunes fueron caídas (57.8%)(9). Así mismo  Santiago-Ortíz R, Rodríguez GLM, Rodríguez GR concluyen que las lesiones que se presentaron con mayor frecuencia fueron las luxaciones occipito-atlanto-axoideas (84%) lo que está relacionado con la inmadurez de dicha articulación y la facilidad con que se puede lesionar por traumas menores en niños en edad escolar. Por tanto a través de una correcta educación  postural hay que corregir los malos hábitos desde la infancia, adoptando  movimientos y posturas adecuadas en las actividades diarias hasta  que resulten naturales y espontáneas(10).

La postura puede definirse como la actividad refleja de un organismo  respecto a su adaptación al espacio(11). Es frecuente, observar en los escolares malas posturas que adquieren al agacharse, sentarse, al estudiar, al andar, etc., y esto puede afectar de maneras muy diversas a la espalda, contribuyendo a mantener una mala estática corporal que favorecerá a ciertas deformaciones o alteraciones musculo-esqueléticas, desde la alteración de las curvas fisiológicas de la columna hasta la escoliosis; así como alteraciones a los tejidos periarticulares.

¿Desde qué momento y de qué manera se inicia una  mala postura? La respuesta a estos interrogantes no parecería poder encontrarse más que en el proceso evolutivo que nos permitió como especie, erguirnos sobre  dos apoyos posteriores para liberar los miembros anteriores. Pero este hecho se produjo  a lo largo de miles  de millones de años de evolución, hasta que se  adaptó  a la fuerza de  gravedad.  De esta manera el ser humano se yergue en dos apoyos y camina  casi sin darse cuenta, sin percatarse de ello, y, una vez  aprendidos y asimilados estos procesos, se automatizan. La postura es dinámica  requiere  de un proceso de aprendizaje para adaptarse a las actividades  cotidianas. Posteriormente se  relegan al control de niveles encefálicos bajos y quedan en  el olvido. Sobre esa postura y ese caminar, van pasando los años y las personas realizan más actividades añadidas a permanecer de pie y caminar.  Por ello podemos considerar que un sujeto adquiere competencia en su estructura motriz, cuando desde lo biomecánico genera adecuados ajustes  posturales adaptativos(11,12).

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