Amor Platónico
Enviado por Ernestoandrade • 20 de Agosto de 2012 • 1.095 Palabras (5 Páginas) • 596 Visitas
CUENTOS
Amor platónico.
Se asomó a la ventana y la miró pasar. Ligera como una nube, como un velero, como una luna llena flotando en el espacio. El día era especialmente gris y la lluvia de la noche se expresaba en los pequeños charcos de las jardineras a lo largo de la extensa avenida. A Marcos le molestaba la lluvia, le provocaba nostalgia y cuando vio a la muchacha perderse rápidamente, imaginó que las nubes de la mañana también se irían tras ella.
La escena de cada mañana volvía a repetirse. De pies junto a las persianas de su oficina y con la infalible tasa de café en sus manos, la esperaba quince minutos antes de la hora en que solía pasar infaliblemente. La miró como cada día; sin embargo, esta vez, le pareció distinto. Se preguntó por qué ahora su paso era tan leve, tan airoso, que parecía desplazarse atravesando el aire frió; y aunque sabia que era imposible, porque nadie conocía su secreto, sintió que los grandes ojos de la joven, le buscaban con cierto entusiasmo, mientras se alejaba con la cabeza erguida, la frente en alto, y una leve sonrisa de Gioconda dibujada en su rostro.
Sintió deseos de salir y correr para alcanzarla, pero fue mas fuerte su temor y prefirió asombrarse ante el eterno misterio femenino. Bajó al estacionamiento y se dirigió a la Universidad donde dictaba clases.
Cuando llegó María al aula, el profesor empezaba la clase expresando que filosofar consiste en inquirir los más profundos fundamentos del conocimiento; que la esencia de las cuestiones filosóficas consiste en indagar el significado extremo, la raíz más profunda de una realidad.
María pensó que el ser humano no posee tal conocimiento y que cuanto más profundamente indaga la estructura de la realidad, más claramente descubre que esa realidad es un misterio. Levantó la mano para expresar su pensamiento, pero precisamente ese momento el profesor añadía que pueden haber tantos grados de realidad como niveles existan en una escala de conocimiento; siendo quizá la mayor de las realidades, descubrir que el mundo y el propio ser son un misterio; y como tal, inagotable.
– ¿Cual es tu inquietud María?
– Ya aclaró mi duda profesor, sin embargo me gustaría añadir que, precisamente, ese concepto de inagotable da la idea de que el mundo es una creación; y si es una criatura, tiene que tener origen, lo cual sugiere el reconocimiento incomprensible y creador de Dios.
– Ese es el punto. Lo que tu dices, ese concepto que supera de forma absoluta e infinita el conocimiento, ha determinado que la cuestión del ser aun continúe abierta, a pesar del esfuerzo de todos los filósofos.
– Pero profesor, según usted y ese esfuerzo de los filósofos, ¿Cual sería el último y decisivo fundamento del ser, de la verdad, del conocimiento, de la vida?
– Las preguntas de este tipo, necesariamente apuntan hacia una respuesta que contiene plenamente la esencia de aquello por lo cual se pregunta. Respondió el profesor y dio por terminada la clase.
María no entendió claramente la respuesta y decidió quedarse en busca de una explicación adicional.
– Bien María, se que faltó claridad a mi respuesta, así es que voy a añadir que las preguntas relativas a cuestiones filosóficas, requieren
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