Analisis De La Cautiva

Introducción

La novela romántica describe al hombre y su entorno social. Sus personajes se caracterizan como altivos, dominantes y sobresalientes en el bien, el mal, la alegría o el dolor.

Es una novela que puede distinguirse por psicológica, filosófica, poética y simbólica, histórica o crítica de la sociedad. Además, se produce un cruce de géneros literarios donde puede distinguirse una estructura a modo de ensayo, de memorias, de crónicas de viajes, entre otros; además el uso de diversos niveles de lenguaje

En el siglo XIX nace en Latinoamérica, junto con el romanticismo, la novela histórica. La acción de este género se ubica predominantemente en el pasado no experimentado directamente por el autor, donde se suele contar una acción ocurrida en una época anterior. Se relatan hechos del pasado con poca o escasa objetividad pero con mucha sugestión. Este fenómeno se produce posiblemente con la intención de contribuir a la reconstrucción del pasado.

Hay reproducción mimética de períodos históricos y una notable distorsión y subordinación de la historia mediante omisiones o subjetividades con constantes exageraciones.

Otra característica fundamental de la novela histórica es la ficcionalización de personajes históricos y los recurrentes comentarios de narrador durante el relato además de la intertextualidad.

Esteban Echeverría (1.805-1.851) fue un gran referente del romanticismo del siglo XIX. “La cautiva”, incluida en su libro “Rimas” publicado en 1837, constituyó su mejor obra en verso.

El poema está dividido en nueve partes y un epílogo. Las nueve partes son: El desierto, El festín, El puñal, La alborada, El pajonal, La espera, La quemazón, Brian, María. Siguiendo los lineamientos liberales del romanticismo, Echeverría utiliza diversas métricas en sus versos, con predominio de octosílabo y el hexasílabo, tomados básicamente de la poesía popular.

Se trata de un relato heroico, otra característica del romanticismo, centrado en la figura de una mujer común, esposa de un soldado de pueblo, orientado a democratizar la literatura.

Echeverría mezcla estilos, y fusiona temas y estilos populares y elitistas. Incorpora el lenguaje popular rioplatense, alternándolo con el lenguaje colonial español.

“La Cautiva”. Resumen

El autor comienza describiendo inmensidad de la desértica llanura, relata los días, los atardeceres y las noches.

“¡Cuántas, cuantas maravillas,

sublimes y a par sencillas,

sembró la fecunda mano

de Dios allí! ¡Cuánto arcano

que no es dando al mundo ver!

La humilde hierba, el insecto.

La aura aromática y pura;

el silencio, el triste aspecto

de la grandiosa llanura,

el pálido anochecer.”

Al caer la noche, aparecen en el paisaje los indios. Salvajes y asesinos vuelven de un malón y traen consigo mujeres y niños a los que han secuestrado.

“(…)

mientras la noche bajando

lenta venía, la calma

que contempla suspirando,

inquieta a veces el alma,

con el silencio reinó.”

“¡Oid! Ya se acerca el bando

de salvajes, atronando

todo el campo convecino.

¡Mirad! Como torbellino

hiende espacio veloz.

Elfiero ímpetu no enfrena

del bruto que arroja espuma;

vaga al viento su melena,

y con ligereza suma

pasa en ademán atroz.”

“(…)

¡Ved que las puntas ufanas

de sus lanzas, por despojos,

llevan cabezas humanas,

cuyos inflamados ojos

respirar aún furor!.”

En el relato se describe el asentamiento de los salvajes mientras se preparan para una celebración.

“(…)

En torno al fuego sentados

unos lo atizan y ceban;

otros la jugosa carne

al rescoldo o llama tuestan;

aquél come éste destriza.

Más allá uno degüella

con afilado cuchillo

la yegua al lazo sujeta,

y a la boca de la herida,

por donde ronca y resuella,

y a borbollones arroja

la caliente sangre fuera,

en pie, trémula y convulsa,

dos o tres indios se pegan

como sedientos vampiros,

sorben, chupan, saborean

la sangre haciendo murmullo

y de sangre se rellenan (…)”

Mientras, las doncellas y los niños cautivos y aprisionados, a un costado de las tres grandes hogueras que los mismos indios encendieron, lloran desconsolados y asustados.

Embriagados, dos indios desatan una pelea a muerte de puñal entre ellos. La riña se torna muy violenta y sangrienta. Los cautivos rezan asustados mientras las mujeres indias intentan defender a sus maridos aunque resulte en vano. Afortunadamente termina la pelea.

Al terminar la fiesta los indios se encuentran tendidos en el suelo profundamente dormidos por los efectos del alcohol. En la calma y el silencio, una mujer aparece en la escena.

“ (…)

La noche en tanto camina

triste, encapotada y negra;

y la desmayada luz

de las festivas hogueras

solo alumbra los estragos

de aquella bárbara fiesta.”

“Ella (la mujer) va; y aun de su sombra,

como el criminal, se asoma;

alza, inclina la cabeza;

pero en un cráneo tropieza

y queda al punto mortal.

Un cuerpo gruñe y resuella,

y se resuelve…, mas ella

cobra espíritu y coraje,

y en el pecho del salvaje

clava el agudo puñal.”

Es María, una de las tantas cautivas, que busca a su marido Brian, el comandante del ejército cristiano quien también había sido secuestrado y gravemente herido. María, una mujer delgada y de cabellos negros, camina asustada cautelosa y asustada con un puñal en mano. Movida por la venganza, por la pérdida de sus padres, de su familia, ya ha ensuciado aquel puñal con la sangre del cacique de la tribu de los salvajes asesinos y del hijo del mismo.

Finalmente encuentra a su marido y lo desata de las sogas que lo apresaban. Apresurados, huyen del asentamiento indio y se disponen a atravesar la llanura.

En un desafortunado desencuentro, mientras ellos huyen, llegan los soldados cristianos a salvar a Brian y a recatar a los niños y mujeres cautivas. Se desata una sangrienta lucha contra los salvajes donde el ejército cristiano resulta victorioso. Los cautivos son rescatados pero se desconsuelan al no hallar a su comandante.

“Horrible, horrible matanza

hizo el cristiano aquel día;

ni hembra, ni varón, ni cría

de aquella tribu quedó.

La inexorable

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