Analisis Del Quijote
Enviado por sueellen1989 • 11 de Noviembre de 2013 • 3.173 Palabras (13 Páginas) • 297 Visitas
Análisis del Quijote
Desde los tiempos de Platón y Aristóteles el concepto de español melancólico se había forjado como un tópico considerado como una enfermedad y a la vez como un don intelectual privilegiado de creación poética, que al llegar la época de Cervantes fue transformado con un nuevo enfoque más moderno de la melancolía.
El propio Don Quijote se nos presenta con una imagen en la que se mezclan los rasgos melancólicos y coléricos, y precisamente esto nos facilitará la configuración psíquica y el carácter temperamental del personaje, evolucionando de la cólera durante su madurez a la melancolía en su vejez, aplicando a esta última una clara visión poética y un elemento teórico que se asocia indudablemente al carácter positivo neoaristotélico.
El carácter melancólico del personaje implicará un determinado comportamiento, ciertas capacidades creativas, facultades de memoria que transforman al personaje de genio a loco, tendencias extremas al sacrificio y a la penitencia, y una muy particular concepción del amor. Todo esto se une en una internalización compleja que provoca consecuencias muy variadas e incluso contradictorias, que por ello no dejan de provocar la risa del lector, el cual se consuela ante el conocimiento de un héroe con similares características a él mismo y capaz de cumplir sus deseos y sueños.
En cuanto a la memoria, esta será, en contraste con su concepción retórica tradicional, tratada desde un punto de vista médico y filosófico que se acerca más a los presupuestos de una nueva corriente, iniciada en España por Luis Vives, que la consideraba como una potente facultad humana imprescindible para el desarrollo de todas las artes y no sólo de la retórica. A su vez la imaginación, de la que dependen las percepciones de los sentidos, se establece completamente diferenciada de la inteligencia, a la que se le atribuye la facultad de recibir y ordenar los datos sensoriales. La jerarquización realizada entre intelecto e imaginación en la I parte del Quijote queda completamente transformada en la segunda, donde también se cuestiona la oposición entre realidad y ficción. Don Quijote será el encargado de agudizar una ingeniosa inventiva novedosa, que aunque teniendo un carácter ilimitado pudo ser también modelada en Sancho, sobre todo en la segunda parte, donde el fiel escudero nos demuestra una inusitada capacidad imaginativa, transformando elementales falsedades en complicadas visiones y encantamientos. Este rasgo de Sancho se explica básicamente por su aprendizaje de un modelo, que al principio será literalmente aplicado, pero que conforme se desarrolla la trama nos revelará incluso sus enseñanzas al propio Don Quijote.
Cervantes valora en esta obra la rara invención, conseguida gracias a la aplicación realizada de la memoria con fines narrativos, innovando pues tanto los modelos retóricos y poéticos como los fisiológicos y psicológicos de la época. Don Quijote reflejará en sus actos y en sus formas las hazañas caballerescas que ha resumido y seleccionado de determinados modelos, de los cuales serán principales Amadís de Gaula y Orlando. El reflejo será reiterativo, lo que explica el afianzamiento memorístico, y provocará el aprendizaje de Sancho Panza.
El olvido también será utilizado por el autor como una técnica desarrollable de creación literaria. Se manifiesta por medio de silencios y elipsis que se intercalan en el relato y que serán también elementos característicos para conseguir una relación con la locura, conforme a la tradición erasmiana de ligar olvido y locura, logrando creaciones artísticas en base a silencios y omisiones.
•Una vez que el protagonista pierde el juicio se genera una fantasía que provocará en él el establecimiento de convicciones en base a originales invenciones literarias. La memoria alimentará su imaginación ocasionando una confusa situación para el personaje en la que no es capaz de distinguir las situaciones vividas y las leídas. El problema se fundamenta en la recreación de lecturas que llevan a la fidelización de unos modelos ficticios a los cuales queda tan obligado como para llegar inventar hasta un enfermizo amor. Desde luego la memoria no es tan primordial en su función como cabría esperar, y su tratamiento en el Quijote no es sino una rememoración del modelo seguido a la hora de establecer las cinco potencias del alma, el entendimiento, la imaginativa, la reminiscencia, el sentido común y la memoria, según una clasificación ya consolidada por autores como Santo Tomás, Boecio, y otros.
El tema caballeresco guarda una importancia fundamental a la hora de entender el sentido de toda la historia, la cual gira en torno a la imitación literal por parte del protagonista de los esquemas generales y concretos de ese género literario, que permanecen inalterables en su memoria, aunque al final la realidad haga que sus planes iniciales deban ser alterados, reinventando por lo tanto sus historias recordadas. Es destacable también el afán y la obsesión de Don Quijote por conseguir fama y que sus hazañas se mantengan en la memoria futura, jugando así la obra con la continuación de una eternidad heroica que quede a su vez reflejada igualmente en libros.
El contraste temporal que se produce tiene una explicación si consideramos todo lo expuesto anteriormente pues el ingenioso protagonista identifica sin lugar a dudas cualquiera de las imágenes y lugares que vive con todas las imágenes y lugares que guarda en su mente. Así, en lugar de producirse una afectación de la realidad sobre la imaginación, se produce una afectación de la imaginación sobre la realidad, que provoca ineludiblemente la tergiversación de todo lo percibido por medio de la conjugación de la memoria y la fantasía. El personaje representa sus recuerdos y no lo que realmente está percibiendo a través de sus sentidos.
El desarrollo de su imaginación supone una prueba fehaciente de la fusión aristotélica entre el alma y el cuerpo y el sometimiento de los sentidos a una vida superior intelectiva y libre. Esta capacitación memorística suplirá la manifiesta falta de juicio que es representada. El ingenio de este complejo fondo de la trama radica en el contraste que se produce cuando otros personajes son testigos de las acciones del caballero andante y no dudan en ningún momento en reconocer la realidad de lo que están viendo y no lo que la mente del protagonista está recreando, que no son sino recuerdos selectivos de todos los textos que han absorbido su seso. Por otra parte no se puede negar el valioso archivo caballeresco que supone el protagonista, pues además seleccionará el modelo a imitar según la ocasión y el lugar, en similar forma que lo hace el narrador o narradores, que eligen
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