Anorexia Y Bulimia
Enviado por coromotovillalba • 28 de Abril de 2014 • 3.078 Palabras (13 Páginas) • 226 Visitas
QUÉ ES LA ANOREXIA?
La anorexia nerviosa es un conjunto de trastornos graves de la conducta alimentaria que comprende periodos de privación del consumo de alimentos (anorexia), alternados en ocasiones con periodos compulsivos de ingesta alimentaria y purga (bulimia), asociados ambos periodos a otros trastornos de la conducta alimentaria no especificados.
TIPOS DE ANOREXIA
Anorexia nerviosa restrictiva
Se trata de un cuadro clínico donde los pacientes logran un bajo peso a través de dietas muy restrictivas, ayuno muy prolongado, y abundante ejercicio de intensidad elevada. Estos pacientes no recurren a atracones compulsivos y purgas posteriores.
Anorexia nerviosa purgativa/compulsiva
Son pacientes que recurren de forma puntual o sistemática a atracones o purgas (vómitos, laxantes, diuréticos…). Existe un subgrupo que no presenta atracones pero sí recurren a la purga de forma sistemática. Debido a la pérdida del control de los impulsos propio de este grupo, estos sujetos son más susceptibles de padecer una mayor variabilidad emocional, así como de sucumbir al consumo de sustancias adictivas (alcohol, tabaco, etcétera).
CAUSAS Y FACTORES DE RIESGO DE LA ANOREXIA
Es extremadamente complicado establecer parámetros comunes responsables de este trastorno alimentario debido sobre todo a su componente psicológico y a la gran variación de signos y síntomas entre unos pacientes y otros.
Los estudios desarrollados que han intentado determinar la etiopatogenia (origen de la patología) de la enfermedad no han sido concluyentes, apuntando como origen la suma de algunos de estos factores predisponentes:
Factores individuales
Alteraciones psiquiátricas
Depresión
trastorno obsesivo-compulsivo.
Factores familiares
Presencia de alcoholismo y/o trastornos psiquiátricos en familiares de primer grado (padres y hermanos).
Factores culturales
Cánones de belleza inalcanzables impuestos por la sociedad y un excesivo culto al cuerpo.
Además de estos factores, el inicio de dietas restrictivas es un factor precipitante de la enfermedad.
Síntomas de la anorexia
• Pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo.
• Sentimiento constante de obesidad no fundado y deseo férreo de seguir adelgazando, con control activo (mirarse repetidamente al espejo, pesarse varias veces al día, contar las calorías…).
• Retraso del crecimiento y desarrollo (en niños y adolescentes).
• Alteraciones de la menstruación o ausencia de esta.
• Realización de ejercicio físico constante y excesivo.
• Empleo de ropa holgada, principalmente pantalones.
• Evitar comidas en compañía.
• Huir de la mesa después de comer.
• Disimular la comida para no ingerirla (partir en trozos pequeños y esparcirla por el plato, tirarla al suelo, esconderla…).
• Aislamiento progresivo y pérdida de vínculos sociales.
• Alteraciones anímicas con tendencia a la depresión y la ansiedad.
• Obsesión por el contenido calórico de todo lo que se consume, tomando solo alimentos bajos en calorías.
• Empleo no controlado de diuréticos y laxantes.
• Baja autoestima.
• Sequedad de la piel, con posibilidad de presencia de grietas.
• Aparición de vello fino (lanugo) en mejillas, espalda, muslos y antebrazos.
• Pigmentación amarillenta en la piel, principalmente en las plantas de los pies y las palmas de las manos. Esto se debe a un aumento de carotenos en sangre (precursores de la vitamina A) por un trastorno en su metabolismo.
• Extremidades frías.
• Uñas quebradizas y caída de cabello.
• Hipertrofia de las glándulas salivares, como las glándulas parótidas y las glándulas submandibulares.
• Alteraciones dentales, con tendencia a la corrosión del esmalte dental y presencia de caries. Esto es especialmente patente en pacientes que se purgan a través de la autoinducción del vómito.
• Alteraciones gastrointestinales: flatulencia, hinchazón, dolor abdominal y estreñimiento (excepto si se emplean laxantes que pueden ocasionar diarreas que alteran el equilibrio electrolítico).
• Alteraciones cardiovasculares: tensión baja (hipotensión), descenso de la frecuencia cardiaca (bradicardia), alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias), etcétera.
• Alteraciones del riñón: indicativos de un mal funcionamiento. Pueden encontrarse niveles de potasio bajos (hipopotasemia), niveles elevados de compuestos derivados del nitrógeno (azotemia), y elevación de los niveles de creatinina sérica.
• Hemograma: niveles bajos de glóbulos rojos (anemia) y glóbulos blancos (leucopenia).
• Niveles bioquímicos: niveles bajos de glucosa (hipoglucemia), aumento de triglicéridos, transaminasas y del proteinograma general, así como del colesterol (hipercolesterolemia). Si el paciente, además, suele emplear purgantes, enemas, o se autoinduce el vómito, existen otros parámetros específicos alterados.
Diagnóstico de la anorexia
El diagnóstico de esta enfermedad se basa en:
• Una entrevista con el paciente y su entorno familiar más cercano, y revisión de su historia clínica y antecedentes familiares.
• Una exploración física y evaluación del ritmo cardiaco, presión sanguínea y frecuencia respiratoria.
• Pruebas clínicas complementarias: hemograma, bioquímica, etc.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) de la Sociedad Americana de Psiquiatría, los cuatro criterios diagnósticos principales de la anorexia nerviosa son:
• Rechazo tajante a lograr y mantener un peso corporal igual o superior al valor mínimo normal considerado en función de la edad y la talla. Por lo general, el peso es inferior al 85% del mínimo correspondiente a la edad y talla.
• Terror patológico a la ganancia de peso y a la conversión en una persona obesa.
• Alteración de la autopercepción del peso y silueta corporal, con exageración de su importancia en la capacidad de autoevaluación, y negación de los riesgos que supone un bajo peso corporal mantenido.
• Amenorrea en mujeres pospuberales (desaparición de al menos tres ciclos menstruales).
Tratamiento de la anorexia
• Modificación de los hábitos alimentarios del paciente: se precisa una “re-educación” del paciente en sus hábitos alimentarios. Para ello, se inicia con una dieta relativamente baja en calorías (1.000-1.500 calorías/día) y se va incrementando progresivamente hasta lograr cubrir las necesidades calóricas del paciente, respetando siempre
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