Antropología De La Libertad
Enviado por angy • 18 de Julio de 2014 • 755 Palabras (4 Páginas) • 194 Visitas
Estamos genética, social, cultural e intelectualmente sometidos. ¿Cómo podríamos disponer de libertades cuando estamos tan sometidos por todas partes?
Como lo hemos expuesto igualmente en otra parte, la autonomía viviente depende de su medio exterior, de donde extrae energía y organización. Así, no hay autonomía viviente que no sea dependiente. Lo que produce la autonomía produce la dependencia que produce la autonomía.
1. Si es verdad que la autonomía del individuo en el mundo exterior procede de una autonomía genética, ésta depende de la autonomía individual que ella produce.
2. la auto organización viviente asocia en el individuo, de manera indisociable y complementaria.
3. Su relación es en bucle recursivo, es decir, constituye un circuito generador/ regenerador donde la producción produce un producto que la produce y reproduce, donde cada término es a la vez producto y productor del otro, donde la especie produce al individuo que produce la especie: el individuo es producido por un ciclo de reproducción, el cual tiene necesidad del individuo para perpetuarse.
4. el aparentemente todopoderoso ADN está sometido a fisuras, roturas, brechas, y es la unidad global de la organización geno-fenoménica la que permite a las proteínas, con dedicación ancilar, reparar, reajustar, recomponer y remendar los trozos inválidos. En lo que concierne a las mutaciones del ADN en curso de reproducción, es, en el caso feliz en que la mutación provoque una cualidad nueva, la misma unidad global quien restaura su propia organización transformándola.
5. Los engramas genéticos se transforman en programas según las necesidades y actividades. Lo que está inscrito en esos engramas es en primer lugar la formidable experiencia de nuestro linaje, de nuestra especie, de nuestro orden (primate), de nuestra clase (mamífera), de nuestro filo (vertebrado), de nuestro reino (animal), de nuestra organización (viviente). Este capital genético nos da nuestra autonomía.
El cerebro humano es un aparato epigenético que depende del bucle geno-fenoménico el cual, se integra en un gran bucle ego-sociocultural donde el espíritu se forma como emergencia, sin cesar de depender del cerebro. El más mínimo de nuestros pensamientos es inseparable de síntesis y transformaciones moleculares, ellas mismas inseparables de la acción de los genes presentes en las neuronas. Y es en estas múltiples dependencias como emerge la autonomía mental del ser humano, capaz de efectuar elecciones y elaborar estrategias.
Lo innato y lo adquirido no se oponen absolutamente. Son también complementarios. Sólo podemos adquirir de modo autónomo porque nuestro cerebro dispone de la aptitud innata para adquirir aptitudes no innatas. Cuanto más rico en competencias es el dispositivo cerebral innato, más rica es la disponibilidad para el aprendizaje y para la realización de cualidades autónomas.
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