Análisis Pelicula Metropolis

En la Película “Metrópolis” vemos indiscutiblemente una vituperación a las construcciones de la época, y a la visualización de una sociedad dividida en 2 categorías totalmente desiguales, la de la clase de los obreros y la de la clase alta; quienes viven gracias al trabajo forzado de estos. Esta desigualdad mencionada en la teoría critica, se manifiesta sagazmente en la película tipificada en 2 personajes; Freder el cual es hijo del gobernante de la ciudad, y la chica de la cual se enamora llamada María quien es de la clase obrera.

La película habla por sí sola sobre la lucha de la clase obrera, la cual exige sus derechos; aunque la complejidad es bastante al coexistir en una sociedad Post-industrial donde la importancia que ha ido adquiriendo el sistema de las comunicaciones de masas, imponen sus clasificaciones del mundo y hacen surgir un nuevo modelo cultural con normas, valores, símbolos y códigos de conducta propios y específicos, y de enorme influencia social.

Lo cual nos hace ver la conformación de una sociedad regida meramente por las comunicaciones y los que hay detrás de ellas; donde los obreros se encuentran expuestos a inhumanas condiciones azotados por Fredersen quien era el dirigente de la ciudad de Metrópolis. Mientras que las personas que Vivian en la superficie eran los propietarios, gente de gran importancia, pensadores, etc. Aquellos que gozaban de la vida en los rascacielos y en altas de la ciudad, a costa de los obreros que se encontraban en el subterráneo trabajando día y noche para que las maquinas siguieran al pie de la marcha la ostentosidad de la superficie. Una perspectiva funcionalista bastante desigual.

Lo cual explica por qué la vida de los obreros y el despojo de sus derechos como humanos y trabajadores de una forma cruda y bajo pésimas circunstancias es supuestamente la lógica transformación de la economía de mercado y de la revolución industrial que alcanzará a partir de una explotación intensiva de las materias primas y del trabajo productivo obrero, donde obviamente la parte que gana es muy mínima y sus intervenciones son meramente superficiales. Ésta situación se hace cada vez más difícil de mantener sin recurrir al "recurso" equilibrador de la guerra. El paso a una economía de demanda resulta ser la solución menos traumática y la respuesta sociopolítica para lograr la continuidad y supervivencia del sistema en su conjunto. O al menos es lo que se pretende mostrar.

Es aquí, donde en estos grandes orbes nos damos cuenta que el estímulo de la economía en épocas de crisis y la Sociedad de Consumo se van a convertir en los ejes para el encauzamiento y asimilación de las enormes poblaciones. Sin embargo, y teniendo en cuenta a Marx, a formas específicas económicas y políticas le corresponden formas determinadas de conciencia. Y, precisamente, desde esa correspondencia es desde donde hay que partir para percibir de una

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