Análisis de texto de la educación intercultural

La educación siempre será un reto para todo aquel que se designe o forme como educador, ya que, a principios de cuenta, cada individuo es diferente en su pensar respecto a otros y, hacer de varios un solo grupo, conlleva a realizar una gran hazaña que, sin duda alguna, aunque aparezca homogénea, siempre tendrá divergencias, por lo que se comenta en un principio.

El estudio de la interculturalidad bilingüe en los países andinos como Perú o Chile, nos acercan a la forma en cómo se lleva a cabo la educación en nuestro país, pues sin duda es muy parecida tanto en su calidad como en su curricula, y ni que decir en cuanto a sus integrantes sociales.

Así, podemos preguntarnos en este momento si nuestros reclamos en lo pedagógico cumplen con lo mínimo al menos de lo que se requiere en la curricula; si las necesidades para nuestra práctica docente se ven satisfechas o son pura falacia, puro discurso político que enaltece las escuelas bien equipadas pero sin equipo, que se enorgullece de su plantel docente pero sin esos docentes que enseñan y solo tiene orgullo.

Yo considero que al igual que lo comenta Sabine Speicer, lo fundamental y básico en la educación intercultural es la lengua y que a partir de ahí, podrá irse ganando la batalla para que dichas escuelas tengan funcionalidad y respeto. Al hablar todos igual y tener programas de trabajo en la lengua o lenguas que se trabaje, entonces todo será más entendible, pero si empezamos por no querer, por no aceptar las ideas o color que tengan los otros, entonces no podremos avanzar en lo intercultural porque de ante mano, estaremos cerrándonos a las aportaciones que cada uno, de uno u otro grupo pueda dar.

Considero que al analizar el texto de interculturalidad en la educación, existe un espacio para que cada uno de nosotros recapacitemos en lo que estamos haciendo, y si vemos o notamos que no existe compatibilidad en algo, es buen momento para hacer hipótesis de cómo y qué podemos hacer para solucionar esas dificultades.

Quizás una idea un poco descabellada sea el que nos miremos como hermanos, que compartamos trabajo y mesa sin diferenciarnos en color, en idioma, en clase social y nos aceptemos por igual para así sentirnos de un mismo grupo, pertenecer a un mismo grupo y luchar a favor de ese grupo.

Tal vez podríamos empezar por no poner barreras entre una y otra comunidad, aunque sea de la misma etnia o raza. Tal vez deberíamos compartir deberíamos compartir lo que tú sabes y yo sé; deberíamos procurar hablar el mismo idioma y resaltar lo hermoso que es el conocer tus raíce y mis raíces; aceptar el que mi escuela sea tu escuela, y que tu escuela sea la mía.

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