Apelación a los estudiantes universitarios

Muy buenas tardes, honorables miembros del presídium, padres de familia, esposas, esposos, hijas e hijos, amigos, distinguidos invitados, y compañeros de la generación 2011, gracias a todos por estar aquí.

Me siento muy honrado y es en verdad una gran distinción el poder hablar hoy frente a todos ustedes en esta ceremonia que esta tan especial, en la que felicito a todos y cada uno de mis compañeros graduados, pero también a los maestros, a las autoridades de la Universidad UNIVER y al mismo tiempo a sus familias, porque graduarse es un trabajo de equipo, una vez entregadas las felicitaciones del caso, permítanme comentarles lo siguiente:

Uno de los grandes retos para las nuevas generaciones es, no perder su capacidad de asombro, últimamente en nuestro estado nos hemos acostumbrado a vivir en medio del crimen, de la pobreza, de los secuestros, de la corrupción, de los narcos.

Nuestros sentimientos, nuestro corazón lo estamos forrando del blindaje mas caro, del mas efectivo, porque ya nos resulta indiferente ver a un discapacitado, a un niño sucio en la calle, o quizá a un anciano pidiendo limosna, que pasa entonces? Estamos callando nuestros sentidos, para no ver, para no oír, para no oler, para no sentir, para vivir el día a día, sin traumatismos, a la deriva, como dicen por ahí, pasar la vida nadando de muertito, haciéndole el quite a la realidad; una medida muy engañosa de supervivencia.

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