ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Aprender Cantando


Enviado por   •  8 de Enero de 2014  •  1.885 Palabras (8 Páginas)  •  202 Visitas

Página 1 de 8

La mona Jacinta

La mona Jacinta

se ha puesto una cinta.

Se peina, se peina,

y quiere ser reina.

¡Ay no te rías

de sus monerías!

Mas la pobre mona

no tiene corona.

Tiene una galera

con hojas de higuera.

Un loro bandido

le vende un vestido,

un manto de pluma

y un collar de espuma.

Al verse en la fuente

dice alegremente:

-¡Qué mona preciosa,

parece una rosa!

Levanta un castillo

de un solo ladrillo:

rodeado de flores

y sapos cantores.

La mona cocina

con leche y harina,

prepara la sopa

y tiende la ropa.

Su marido mono

se sienta en el trono.

Sus hijas monitas

en cuatro sillitas.

¡Ay no te rías

de sus monerías!

La mona Jacinta

La mona Jacinta

se ha puesto una cinta.

Se peina, se peina,

y quiere ser reina.

¡Ay no te rías

de sus monerías!

Mas la pobre mona

no tiene corona.

Tiene una galera

con hojas de higuera.

Un loro bandido

le vende un vestido,

un manto de pluma

y un collar de espuma.

Al verse en la fuente

dice alegremente:

-¡Qué mona preciosa,

parece una rosa!

Levanta un castillo

de un solo ladrillo:

rodeado de flores

y sapos cantores.

La mona cocina

con leche y harina,

prepara la sopa

y tiende la ropa.

Su marido mono

se sienta en el trono.

Sus hijas monitas

en cuatro sillitas.

¡Ay no te rías

de sus monerías!

CANCIÓN DE TOMAR EL TÉ

María Elena Walsh

Estamos invitados a tomar el té.

La tetera es de porcelana

pero no se ve,

yo no sé por qué.

La leche tiene frío

y la abrigaré,

le pondré un sobretodo mío

largo hasta los pies,

yo no sé por qué.

Cuidado cuando beban,

se les va a caer

la nariz dentro de la taza

y eso no esta bien,

yo no sé por qué.

Detrás de una tostada

se escondió la miel,

la manteca muy enojada

la retó en inglés,

yo no sé por qué.

Mañana se lo llevan preso

a un coronel

por pinchar a la mermelada

con un alfiler,

yo no sé por qué.

Parece que el azúcar

siempre negra fue

y de un susto se puso blanca

tal como la ven,

yo no sé por qué.

Un plato timorato

se casó anteayer.

A su esposa la cafetera

la trata de usted,

yo no sé por qué.

Los pobres coladores

tienen mucha sed

porque el agua se les escapa

cada dos por tres,

yo no sé por qué.

MANUELITA LA TORTUGA

María Elena Walsh

Manuelita vivía en Pehuajó

pero un día se marchó.

Nadie supo bien por qué

a París ella se fue

un poquito caminando

y otro poquitito a pie.

Manuelita, Manuelita,

Manuelita dónde vas

con tu traje de malaquita

y tu paso tan audaz.

Manuelita una vez se enamoró

de un tortugo que pasó.

Dijo: ¿Qué podré yo hacer?

Vieja no me va a querer,

en Europa y con paciencia

me podrán embellecer.

En la tintorería de París

la pintaron con barniz.

La plancharon en francés

del derecho y del revés.

Le pusieron peluquita

y botines en los pies.

Tantos años tardó en cruzar el mar

que allí se volvió a arrugar

y por eso regresó

vieja como se marchó

a buscar a su tortugo

que la espera en Pehuajó.

La Pájara Pinta

María Elena Walsh

Yo soy la Pájara Pinta,

viuda del Pájaro Pintón.

Mi marido era muy alegre

y un cazador me lo mató,

con una escopetita verde,

el día de San Borombón.

Una bala le mató el canto

- y era tan linda su canción-,

la segunda le mató el vuelo,

y la tercera el corazón.

Ay ay la escopetita verde,

ay ay mi marido Pintón.

Si al oírme se ponen tristes

a todos les pido perdón.

Ya no puedo cantar alegre

ni sentadita en el limón

como antes cuando con el pico

cortaba la rama y la flor.

Yo soy la Pájara Pinta,

si alguien pregunta dónde estoy

le dirán que me vieron sola

y sentadita en un rincón

llorando de melancolía

por culpa de aquel cazador.

Al que mata a los pajarillos

le brotará en el corazón

una bala de hielo negro

y un remolino de dolor.

Ay ay la escopetita verde,

ay ay mi marido Pintón.

La vaca estudiosa

María Elena Walsh

Había una vez una vaca

en la Quebrada de Humahuaca.

Como era muy vieja, muy vieja,

estaba sorda de una oreja.

Y a pesar de que ya era abuela

un día quiso ir a la escuela.

Se puso unos zapatos rojos,

guantes de tul y un par de anteojos.

La vio la maestra asustada

y dijo: --Estas equivocada.

Y la vaca le respondió:

--¿Por qué no puedo estudiar yo?

La vaca, vestida de blanco,

se acomodó en el primer banco.

Los chicos tirábamos tiza

y nos moríamos de risa.

La gente se fue muy curiosa

a ver a la vaca estudiosa.

La gente llegaba en camiones,

en bicicletas y en aviones.

Y como el bochinche aumentaba

en la escuela nadie estudiaba.

La vaca, de pie en un rincón,

rumiaba sola la lección.

Un día toditos los chicos

se convirtieron en borricos.

Y en ese lugar de Humahuaca

la única sabia fue la vaca.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (13 Kb)
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com