Aprender a ver de eso se trata en “La sonrisa de Mona Lisa”
Enviado por lauramal • 5 de Julio de 2015 • Tesis • 1.041 Palabras (5 Páginas) • 159 Visitas
Aprender a ver de eso se trata en “La sonrisa de Mona Lisa”. Allí una Profesora de Historia del Arte, Katherine Watson y sus alumnas de la escuela de mujeres Wellesley bregarán por transmitirnos algo de esa experiencia.
Echemos una mirada por diferentes momentos del film y veamos.
Una alumna corre presurosa entre sus compañeras, es que ella es la encargada de inaugurar el año académico y de llevar a cabo el ritual establecido para ello: golpear la puerta...del saber. Tracemos desde ahora un interrogante ¿podrán estas jóvenes forjarse otras llaves, sus propias llaves y elegir finalmente qué puerta abrir? Nuevamente la invitación: observemos.
Sin duda ellas se hallan inmersas y han aprendido a moverse con astucia en el seno del discurso universitario que hace a la tradición de Wellesley. Discurso que las ha tomado como objetos de su prédica, al punto tal que hasta la queja, que respecto de esa posición se deriva, está previamente estipulada ya sea vía publicación en la editorial del “College News” a cargo de Betty Warren o en manos del comité de… mujeres.
Sí, éstas jóvenes efectivamente saben mirar bien. Les han echado el ojo a sus futuros maridos, los jóvenes promisorios de Harvard. Han mirado todo el libro de texto, incluso lo han memorizado y pueden repetirlo sin error al observar las transparencias en el aula. Pero acaso ¿algo de ello las ha tocado? He allí que se recorta la labor de esta profesora que, en el otoño de post-guerra de 1953, ha decidido enfrentarse con las mejores y más brillantes estudiantes del país y con sus redes prestas para cazar maridos.
El acto de Katherine interpela su mirada, primero con su soltería, ya en el aula las escandaliza con una obra de Soutine de 1925: “Cadáver”. Ese es su estilo. No hay libro de texto donde hallar la respuesta correcta. No hay programa prefijado diciéndoles qué pensar, surgen a consecuencia de ello, de nuestras jóvenes atónitas preguntas: “¿qué vamos a aprender?, ¿qué es el arte?, ¿quién decide?”. El nuevo programa ha sido trazado.
Una fina línea puede seguirse dentro de esa trama para el que ya sabe ver. El escenario, ahora es el adecuado para transmitir más allá del libro de arte y las transparencias. Frente a ellas una inmensa superficie cubierta de pintura: all-over [3]. Un imponente espacio democrático, donde todos los elementos son importantes –no solo la ausente Betty Warren-, invade la sala. Una obra que expresa la individualidad y la subjetividad sin limitaciones, sin corsé y donde se observa la libertad para crear por fuera de toda escuela [4]. Una obra-del-arte [5] las atraviesa, un pintor contemporáneo entra en escena: Jackson Pollock. Y allí sólo se trata de ver. Esa es la lección del día, luego pueden irse. Vida y arte se entrecruzan, acción y acto también y entre ellos la transmisión de una mirada.
Pasarán de la enseñanza-instrucción a la transmisión en acto [6] . Allí no hay palabras, no hay ensayos, lo que se produce es una mirada, un hacer ver. La obra-del-arte en sí misma es un acto, da a ver más allá de sí misma [7].
Un nuevo lugar para las clases. Un nuevo artista: Van Gogh. Una obra: “Los girasoles”. Un método y un duelo. Betty
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