BOLIVIA: CASOS DE VIOLENCIA FÍSICA Y SEXUAL, FEMENINA, ATENDIDOS EN LOS ESTABLECIMIENTOS DE SALUD, POR DEPARTAMENTO

BOLIVIA: CASOS DE VIOLENCIA FÍSICA Y SEXUAL, FEMENINA, ATENDIDOS EN LOS ESTABLECIMIENTOS DE SALUD, POR DEPARTAMENTO

Planteamiento del problema

En un sentido general, la violencia está relacionada con las actuaciones o las amenazas destinadas a provocar daño intencional en una persona. La violencia así entendida consiste no solamente en el uso de la fuerza física, sino además contempla otras acciones tales como las agresiones verbales, la intimidación, las restricciones a la libertad o la privación de medios para la subsistencia y el desarrollo personal. En el ejercicio de la violencia está presente siempre una relación de poder o una lucha por él. Cuando se llega a una situación violenta es porque las agresiones u omisiones no han podido ser evitadas por quienes las padecen, a causa de la carencia de fuerzas o medios suficientes para hacerlo.

Por esta razón nos induce a determinar ¿Qué niveles de violencia física y sexual femenina llega a ser atendido en establecimientos de salud por departamento en Bolivia?

Justificación

La violencia es actualmente un importante tema de estudio en la medida en que el problema de la violencia ha ido aumentando, también lo ha hecho la conciencia de su impacto en diversas áreas de la vida social, en especial en el área de la salud. La violencia, ante todo, tiene derivaciones decisivas en las condiciones de vida de las personas, mayormente porque atenta fundamentalmente contra su propia integridad física y su supervivencia, al tiempo que deteriora la calidad de vida. El sufrimiento de violencia afecta directamente el estado de bienestar físico, mental y social de la persona agredida, por lo que constituye una amenaza a la salud integral principalmente cuando la violencia doméstica se da por el espacio físico donde ocurre el hecho violento. La noción de violencia incluye las agresiones contra mujeres, varones, niñas, niños, ancianas o ancianos que conviven en un hogar, sean integrantes de la familia, allegados/as o personas que trabajan en la casa, tales como ayudantes en las tareas del hogar y el servicio doméstico en general contemplando los diversos tipos de violencia señalados y a todas las personas que eventualmente pudieran ser víctimas de estos actos. El lugar donde preferentemente suceden los hechos es la casa u hogar, aunque también se considera la posibilidad de que se desarrollen en otros espacios, con participación de personas que integran el círculo familiar cercano o entre quienes existe una relación de pareja, aunque no exista convivencia en un mismo domicilio.

Objetivo

Determinar la magnitud de violencia física y sexual femenina atendidos por establecimientos de salud, para conocer el departamento con mayor incidencia en estos actos.

Antecedentes

En Bolivia la violencia física y sexual es una problemática sentida, que por un lado no se denuncia sobre todo cuando el agresor es un familiar o un conocido con algún grado de parentesco o relación, como refiere la CEPAL en el estudio “Violencia contra la mujer en la pareja”, donde textualmente refiere: “El SNIS es un instrumento de la ley 1667, pero solamente registra la violencia de una manera muy genérica, no está fraccionada por violencia física, psicológica, o sexual, lo que limita el análisis”.

Debido a la limitación en el acceso a la información de los casos de violencia sexual por los establecimientos de salud y debilidades propias de los sistemas de información y vigilancia epidemiológica, observados dentro los lineamientos que formula desde 1997 la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) y la OEA, para la formulación de políticas en contra de la violencia a la mujer, a la fecha no se cuenta con indicadores que determinen la prevalencia aislada de este fenómeno social.

El Programa Regional del Fondo de Población para las Naciones Unidas (UNFPA), y las organizaciones no gubernamentales IPAS Bolivia y Armonie, en su estudio “Buenas Prácticas en los Servicios de Salud para Víctimas de Violencia Sexual” y durante la sistematización del proceso de construcción, de un modelo de atención Integral para víctimas y sobrevivientes de violencia sexual en el 2003, hace referencia que 4 de cada 10 mujeres bolivianas adultas han sufrido violencia sexual y únicamente 2 de cada 100 mujeres que denuncian casos de violencia sexual llegan a juicio, refiriendo además que el estimado de la tasa de embarazo producto de violencia sexual varía entre 1% y 5%. Según esta institución, la violencia sexual es uno de los problemas más graves de justicia social, salud pública y de derechos humanos, neutralizada por la desigualdad entre géneros, como aprendizaje cultural contra las mujeres, revelando a nivel nacional, la necesidad de garantizar que el personal de salud reciba capacitación especializada en materia de violencia sexual y los insumos necesarios para asegurar que la misma sea atendida como una emergencia médica.

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