Banksy, Artista Callejero (resumen)

Banksy, quien se niega a revelar su identidad, comenzó pintando edificios en Bristol, Inglaterra. En Nueva York, muchas de sus imágenes fueron siluetas de figuras o mensajes rociados con pintura en aerosol. Su arte va desde una plantilla de un perro levantando una pata junto a una toma de agua hasta un "camión de entrega de un matadero" lleno de animales de peluche. Algunas obras fueron pintarrajeadas por otros artistas del graffiti. Pero el interés creció con cada pieza, y por lo menos una obra de calle de Banksy fue cubierta con una protección de para preservarla.

Hay críticos que las consideran comunes como cualquier otro graffiti. Otros valoran este arte urbano y callejero positivamente, puesto que generan visiones distintas a las de los medios de comunicación. La realidad es que las imágenes tienen una base importante de actualidad, y un grado de contenido social elevado, mezclado muchas veces con ironía.

Su arte y su manera de manifestarse han generado tal polémica que hasta las grandes galerías se interesaron en él. Han arrancado sus obras de la calle para exponerlas. De ese modo han logrado una nueva lectura de estas obras y se le cambio en sentido original pensado por Banksy.

El trabajo de éste artista entendido como forma de industria cultural por su, de alguna manera, servicio para el consumo cultural con claros rasgos de manifiesto en contra del consumo, transmite una ideología política bien definida. Pertenecer y hacer industria cultural, pone a Banksy en un ámbito de masividad popular y le da la posibilidad de generar y regenerar ideología y formas de identidad muy definidas.

El anonimato que sostiene Banksy hasta el día de hoy, se convierte en su mejor aliado, dejando de lado el poder jerárquico que existe entre el artista y el público. Así, cada imagen, esténcil o grafiti logra crear sentido de pertenencia entre la obra y el espectador.

El arte callejero, ha tenido que confrontarse con creadores, artistas plásticos, pintores e intelectuales que opinan que no es arte, ya que consideran que los encargados de realizarlo no tienen una técnica adecuada y mucho menos cuentan con las herramientas necesarias que son aplicadas al arte convencional. Sin tener en cuenta que la postura de los artistas callejeros se muestra como un proceso en contra de lo hegemónico, que busca reapropiarse de los espacios públicos y a su vez expresar estilos de vida.

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