Breve Historia de la música occidental

Introducción.

El presente trabajo tiene como objetivo primario dar a conocer la evolución del muralismo estilo graffiti en la Ciudad de México y, posteriormente exponer, mediante una entrevista, el estilo que el artista elegido ha desarrollado a través del tiempo y de esta manera comprender el aumento de popularidad por parte de la sociedad contemporánea en relación con este movimiento artístico contemporáneo.

        De esta forma hay dos preguntas a contestar ¿El graffiti es un medio de expresión o es vandalismo? Y ¿El graffiti puede ser considerado arte contemporáneo?

La pintura ha representado para el ser humano un medio de expresión así como su visión del mundo, que puede basarse de lo real a lo imaginario. A través de la historia, este arte visual ha mostrado una evolución importante desde las primeras pinturas halladas en las cavernas primitivas.

Múltiples corrientes aparecieron desde entonces, todas ellas vinculadas a un proceso histórico de la humanidad. En Occidente, estas corrientes artísticas expresaron la veneración a los dioses creadores y seres basados en las historias míticas en el periodo clásico –Grecia y Roma-, por otro lado, en la época medieval, el arte respondía a intereses eclesiásticos donde se veneraba a un Dios único, posteriormente, en esa misma época, se comenzaron a realizar pinturas a gran escala, conocidos actualmente como muralismo, es ese periodo eran utilizados para adornar las iglesias.

Tiempo después, ya en la era renacentista las concepciones en todos los ámbitos –sociales, políticos, filosóficos, artísticos, etc.- cambiaron por completo; en el arte, el ser humano comenzó a tomar un lugar principal en las pinturas, es decir, el ser humano desplazó a los seres divinos y mitológicos. En esta nueva perspectiva, la humanidad, con todas sus virtudes y sus defectos, con sus sentimientos positivos y negativos, plasmaba su perspectiva del mundo.

A partir de entonces, en el siglo XX, en Estados Unidos, específicamente en la Ciudad de Nueva York, comienza a surgir un movimiento artístico llamado graffiti. Esta nueva corriente era utilizada en un ámbito urbano, en él se reflejó el hartazgo por parte de la sociedad hacia el sistema capitalista, por esta razón fue muy común que las pinturas se hicieran de manera ilegal o en espacios no permitidos; la forma inicial del graffiti, se utiliza latas de aerosol, este se basa principalmente en elementos gramáticos, ilustraciones con diversas temáticas satíricas contra el excesivo consumo de la sociedad, en aquel entonces, debido a fuertes represiones por parte de las autoridades, surgió una corriente llamada Street Art, esta corriente tuvo diferencias notorias puesto que se realiza en espacios públicos, con distintos métodos además del aerosol, como pinturas acrílicas, rodillo, etc. También se hacen de manera legal.

Ya para el siglo XXI, el graffiti y el Street art se popularizaron en todos los continentes, en Latinoamérica, por ejemplo, el grafiti llegó primero a Brasil.

Características del graffiti y su popularidad en México.

La palabra graffiti proviene de Italia, es plural de la palabra graffito que significa “inscripción” o “garabato”. Por otro lado, para el diccionario de la Real Academia Española es aceptada la palabra grafito, esta se define como “escrito o dibujo hecho a mano por los antiguos en los monumentos”, “letrero o dibujo grabado o escrito en las paredes u otras superficies resistentes, de carácter popular y ocasional, sin trascendencia”. De esta forma, el graffiti obtiene su significado por medio de dos palabras, que son, la escritura y la pintura.^[1] 

Uno de los elementos principales que componen al graffiti es, sin duda, la creación de la pintura en aerosol en el siglo XX, su importancia radicó en que permitió que el graffiti tuviera una mayor presencia en las ciudades, debido a la cantidad de espacio que podían alcanzar para marcar territorios los ‘’Crews’’ o dicho de una manera más cotidiana, las pandillas. A partir de entonces, se volvió una herramienta común de expresión donde el sujeto, a través de paisajes, figuras y diseños originales podía repetir a lo largo de diversas ciudades del país o incluso del mundo, su técnica y su perspectiva.

Los mensajes que se plasman en las paredes son ocasionados por la percepción del creador, artísticos o no, que va a intentar romper con lo establecido en una ciudad o país y será este misma percepción del sujeto lo que va a ocasionar la diferencia con otras expresiones artísticas, puesto que va a  construir una atmósfera sui géneris entre el espectador y el creador, provocar una conexión comunicativa, puesto que el emisor no escribe para nadie y a la vez escribe para todos.^[2] 

Por todo lo mencionado anteriormente, el graffiti ha logrado establecerse entre las artes plásticas, aunque algunos duden de eso puesto a la visión callejera y clandestina que tiene el graffiti entre la sociedad y, además, no dependen de capacidades específicas para su ejecución,^[3] habiendo gran diferencia con otros medios de expresión como los anuncios publicitarios, el periodismo o la literatura, porque su creador puede ser cualquier persona que esté dispuesta a soltar el grafitómano y comience a manifestarse primero desde dentro y posteriormente que esté dispuesto a decorar cualquier superficie de la ciudad. ^[4]

Se le considera pionera del graffiti a la ciudad de Tijuana donde se presentaron las primeras manifestaciones, puesto que, debido a su cercanía con los Estados Unidos existe un constante flujo de personas e información, además, se da un intercambio cultural entre los migrantes procedentes del centro del país, con los mexicanos residentes en el otro lado de la frontera, siendo los “cholos” quienes llegaron a hacer suya esta forma de expresión, influenciados también por los muralistas chicanos.

En los años sesenta el graffiti monocromático fue conocido como ‘pinta’, que se caracterizaba porque tenía tendencias hacia la política, ya fuera de una forma burlona o poética.^[5]

Cabe mencionar que, al igual que en el mayo francés, las pintas juveniles formaron parte de las protestas del 68. Tiempo después, en los inicios de los años ochenta, en el sur, se seguía utilizando la palabra ‘pintas’ mientras que en el norte del país se conocían como ‘placas’ o ‘placazos’; para finales de los años ochenta y principios de los noventa fue que los jóvenes definieron a sus pintas como graffiti. Algunas inclinaciones que se comenzaron a notar en el graffiti mexicano, fueron, las pinturas rupestres, la identificación con culturas prehispánicas, como lo son, la cultura Maya, Zapoteca, Olmeca o Azteca.^[6]

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