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CAMBIOS HISTORICOS EN EL PENSAMIENTO GERENCIAL.


Enviado por   •  30 de Agosto de 2016  •  Resumen  •  1.683 Palabras (7 Páginas)  •  366 Visitas

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MESTRIA EN ADMINISTRACION

ASIGNATURA: Teoría de la administración y gestión.

PROFESORA: Miryam Escobar Valencia

 

PROTOCOLO 1: Alonso Luis E. Y Fernandez Carlos (2006) “El imaginario Managerial: el discurso de la Fluidez en la Sociedad Económica”. En Política Y Sociedad, Vol.43.Num. 2: 127-151.    

ELABORADO POR: RAFAEL MONTERO

Agosto de 2016

 

CAMBIOS HISTORICOS EN EL PENSAMIENTO GERENCIAL.

  • Los autores:
  • Luis Enrique Alonso Benito es un economista español, Licenciado y Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid especialista en sociología económica y del consumo. Es catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, donde enseña desde 1984. Es autor de obras especializadas y coautor de libros que abordan el ámbito de la Sociología de la Empresa y de la Economía, relacionadas con la Sociología del Consumo, del Trabajo y los Movimientos Sociales.  

  • Carlos Jesús Fernández Rodríguez (Madrid, 1974) Doctor en Sociología por la Universidad Autónoma de Madrid (2004), es Licenciado tanto en Económicas por la UAM (especialidad en Sociología Económica, 1997) como en Sociología (por la UNED, 2002). Master en Administración de Empresas (MBA) por la Escuela de Organización Industrial (2000). es Profesor Contratado Doctor. Es docente del Departamento de Sociología de la UAM desde septiembre de 2007.. Es miembro del Grupo de Investigación “Estudios sobre Trabajo y Ciudadanía”, coordinado por Luis Enrique Alonso.

En el texto leído los autores se focalizan en la literatura del management (administrador), permitiéndonos conocer de forma descriptiva los hechos históricos y sociales  que motivaron los cambios y adaptaciones en el tiempo de los pensamientos, imágenes mentales o simbólicas que los directivos han tenido en su ideario social de las organizaciones (empresas), pasando desde el control total y rígido (el dato), el ver al empleado como una herramienta, pasando a verlo como una persona que aporta ideas y sugerencias,  y forma equipo para alcanzar los objetivos organizativos, o el pensamiento de dejar hacer dejar pasar. Pensamiento gerencial que continúo cambiando y adaptándose a los cambios socioeconómicos, que no permitieran la muerte de las empresas y empresarios. Y no se puede dejar de referirse, a la  mención que hacen del pasar de la importancia del producto (circulo de calidad japonesa) a la importancia de la imagen de servicio al cliente.

En el texto los  autores muestran en la literatura del siglo XX, la transformación  del imaginario managerial, o el concepto gerencial de como es “el deber ser de las organizaciones” o “como deberían funcionar las organizaciones”. Un imaginario que maneja símbolos, códigos, discursos construyendo figuras de poder o formas jerárquicas (un símbolo de poder: la corbata o la oficina más grande).

El imaginario managerial, paso de darle  importancia a las grandes superficies, a las grandes estructuras físicas, para adaptarse a las tendencias o modas de la tecnología, de la información, donde no hay oficinas de cemento, pero cualquier espacio se convierte en la oficina o puesto de trabajo, como por ejemplo ir en el trasporte público, o estar almorzando y estar conectado con el trabajo a través del celular, o desde el hogar con el “famoso” teletrabajo brindando una supuesta libertad de  decisión, de acción a los empleados, pero para mi es una forma de encubrir mayor “esclavitud del trabajador.  En otras palabras, el imaginario managerial, continúa en el fondo aplicando o buscando la finalidad central de las empresas: aumentar la rentabilidad con el menor costo posible. Cambian los tiempos, cambian las formas, cambian las maneras, cambian los autores, cambian los actores, pero en el fondo, el contenido es prácticamente el  mismo.

En el capítulo 1: el capitalismos solido: la fascinación por las grandes superficies, Alonso Luis y Fernandez  Carlos, identifican que este comenzó en la entreguerras del pasado siglo veinte, con la aparición de la producción en serie (la industrialización).  Siendo un pensamiento que refleja el espíritu central del Taylorismo. La preocupación esencial era que se cuestionase la jerarquía: la empresa debía manifestarse firme, pero, abierta al dialogo paternal con los sindicatos (ya se presentaban conflictos sociales dentro de las empresas). En la literatura de managerial de la época domino la imagen del control. Existe una obsesión por el orden, por el número, por el dato, siendo la evaluación un elemento importante en el simbolismo organizacional.

La gran corporación se presentaba en el imaginario social, como la organización más eficiente. La gran Empresa (solida, estable, centralizada) era la solución ideal e idealizada que se ofrecía a los problemas organizativos generados por la producción en serie.

La Figura del directivo en literatura de esta época se representa como  un esforzado ingeniero de la organización, alguien que no dispone tanto de un saber empírico o político, sino de un conocimiento objetivo de la situación.

Este sistema solido empezó a entrar en crisis, a finales de los años sesenta. A mediados-finales de los años sesenta, cuando primero poco a poco, y luego de una manera torrencial, aparecieron obras y teorías marcadas por una preocupación acerca de la motivación del trabajador y que, a la vez, empezaba a crear un discurso de progresivo y explicito abandono de las formas autoritarias de mando.

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