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CAPITULO I. EL OFICIO DE UN ABOGADO LITIGANTE


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2015  •  Informe  •  2.155 Palabras (9 Páginas)  •  249 Visitas

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CAPITULO I. EL OFICIO DE UN ABOGADO LITIGANTE

Dice Lee que si un abogado no le gusta lo que hace, es mejor que se retire puesto que no servirá de mucho a su vocación. El autor recalca que la mediación es un medio alternativo para la solución de conflictos. Expone ciertos casos en donde pone en práctica teórica lo que quiere explicar.
Aquí lo importante que encuentro es que el autor menciona que para no estar perdiendo tiempo en tribunales con cosas de yo sé más que tu solo por palabras y no por hechos se debe de llegar a la negociación, es decir, hay que saber medir las causas y consecuencias de un acto jurídico y no hacer perder tiempo a los clientes, junto el dinero claro está.

Otro punto que llamo mi atención es cuando habla sobre la negociación y la inteligencia que debe de tener un abogado para así predecir lo que puede ordenar el juez al término de una audiencia, así pues el abogado puede demandar y luego negociar con la contraparte. Pero tampoco quiere decir que se dejará vencer al primer movimiento si sabe que todo puede estar perdido, no, ahí es donde entra la capacidad mental para los casos. Debe de saber todo lo que sea el cliente por más malo que esto sea, así entonces podrá defenderlo con lo que se pueda.

CAPITULO II. ¿QUÉ CLASE DE PERSONA ES UN ABOGADO LITIGANTE?

Para este capítulo lo que más llamo mi atención es referente a las tres reglas que propone para perfeccionar, aunque las dé desde el punto de vista de un aviador.

"Regla 1: un aeroplano de un medio maravilloso de transporte y si usted está siempre un paso adelante de él, en el manejo de los controles el aparato no llevará de un lugar a otro sin peligro y con eficiencia.

Regla 2: si se queda atrás se tarda en el manejo de los controles el aparato seguramente lo matará.

Regla 3: si la mayor parte del tiempo usted se empeña en mantenerse a la par con el aparato mientras lo controla, entonces en algún momento el avión se le adelantara... ahora aplique la regla 2."

CAPÍTULO III. EL DOMINIO DEL LENGUAJE

El autor hace una recomendación en cuanto al lenguaje se refiere y está es que detectemos cuál es la fuente de su contrario tan pronto como sea posible y dirija su palabra directamente a la parte ofensora, o a la persona que esté sentado junto a ella. Esto por lo general es suficiente para hacer cesar la distracción.

Es tan importante hablar adecuadamente, tanto que es preferible expresarnos bien que vestir bien, eso pienso de acuerdo a lo que el autor menciona, aunque no existan oradores perfectos, dice, lo que se ha dicho de una vez jamás se podrá cambiar y es eso lo que tenemos que cuidar.

CAPITULO IV. LA MEMORIA

Si el abogado litigante carece de una buena memoria de nada servirá que tenga un gran dominio de lenguaje pues un abogado está obligado a tener preparado algún argumento siempre ante cualquier objeción, pregunta o cuestionamiento que le hagan. La recomendación del autor para esto es que un abogado en formación debe de tomar cursos de memorización, si los hay disponibles, pero sobre todo, recomienda que sigua empeñándose en memorizar cada vez mayor número de datos. Si usted se lo propone llegará a la meta.

CAPITULO V. INTRODUCCIÓN A LA EVIDENCIA

¿Cuántas veces no hemos escuchado la frase "eso no lo puedes probar"?, De muy poco sirve un alegato de muy alta letra contra una prueba irrefutable. Aquí lo importante es saber qué queremos que sepan los jueces acerca del caso en juego, pues debemos de manejar todo lo que nos sea posible a nuestro favor, y es importante puesto que es el inicio.

CAPITULO VI. LA PREPARACIÓN DEL CASO

Para esta parte debe el abogado de estar preparado con toda la investigación posible de su caso, y dice el autor que el mayor problema del mal abogado es que en la carrera no le dan las herramientas para hacerlo, entonces cuando lo ponen en práctica fracasa.

El autor dice que la evidencia que se presenta durante un juicio es de diversos tipos: escritos (pruebas documentales), armas (cuerpos de delito), grabaciones de audio y video (pruebas electrónicas), fotografías, evidencia científica, tales como rayos x; huellas dactilares, electrocardiogramas, pruebas de ADN, peritaje caligráfico, y finalmente las declaraciones de los testigos (prueba testimonial).

Un buen testigo es aquel que tiene "agudeza de percepción, excelente memoria, habilidad para expresarse claramente y es veraz, todo ello y en este orden".

CAPITULO VII. CÓMO MANEJAR UN JUICIO

Es éste el capítulo que más llamó mi atención debido a que me agrada más la práctica, lo mero mero. Existen ocasiones en donde un abogado llega preparado al juicio pero éste se ha diferido por alguna razón externa.

Los expedientes de los casos que van a disputarse en juicio deben de estar muy bien organizados.

1.- Resumen del caso. Este sirve para que el abogado recuerde cómo va su caso de una forma rápida y eficaz

2.- Orden de evidencia. Se debe de tener un orden para que cuando se requiera la presencia de lo que se tenga en evidencia sea de una forma ágil y que no haya problemas al recordar qué si o qué no.

3.- Puntos legales. Corresponde a cualesquiera cuestiones legales que necesiten anteponerse o aclararse antes de que se inicie el juicio, u otros asuntos que se necesiten concretar para que el caso se lleve de una manera correcta.

CAPITULO VIII. CÓMO TRATAR CON LOS JUECES

El autor propone algunas reglas que considera importantes para tratar a un juez:

1.- Manifieste respeto por el tribunal.

2.- Trate de comprender el punto de vista del juez.

3.- Déle al tribunal toda la ayuda que pueda.

4.- Siempre , siempre pero siempre, cuando hable con un juez su palabra debe ser tan valiosa como oro sólido.

CAPITULO IX. CÓMO TRABAJAR CON UN JURADO

Se debe de observar qué tipo de recursos emplean los jurados durante la deliberación para intentar convencer o influir en los demás. La decisión final del juez está muy determinada por la opinión inicial de los jurados. Si antes de iniciar la deliberación existe una mayoría de jurados que favorecen una determinada solución, lo más probable es que la decisión final del grupo refleje esa misma decisión. La investigación sobre la influencia social en el jurado ha tratado de averiguar a qué se debe el poder de las mayorías en el jurado. 

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