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CAPITULO IV ANILLO DE GIGES


Enviado por   •  4 de Octubre de 2013  •  507 Palabras (3 Páginas)  •  380 Visitas

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Los actos que el hombre realiza repercuten en su modo de ser. Nuestro ser es moldeable,pero se va definiendo con el tiempo, a través de lo que hacemos. Una anécdota real ilustrarálo que se viene diciendo: hace tiempo, un empresario con buenas intenciones y pocaformación intelectual me decía: —"¿Se ha fijado usted en que los malos siempre triunfan?Eso se debe a que emplean métodos de acción mucho más eficaces. Los buenos, en cambio,tradicionalmente hemos estado muy restringidos en nuestra capacidad de reacción, de ahí que los malos siempre nos sacan ventaja.En realidad, los buenos tenemos que actuar como los malos para poder derrotarlos".Efectivamente, parece ser que si utilizamos sus mismos métodos podemos combatirlosmejor, ser eficaces. Pero, ¿no estaremos incurriendo en costos demasiado grandes? Enefecto, ¿por qué los malos son así?, ¿será por sus genes, su raza, su nación, o porqueactuaron mal? Si es por condiciones objetivas, la solución es muy simple: eso es lo quecreyeron Stalin, Hitler y muchos otros tiranos, que pensaban que bastaba con eliminarciertos grupos humanos, a los que atribuían toda la maldad, para obtener el mejoramientodel mundo. Hoy nos damos cuenta de que las cosas no eran así. Parece ser que los malos nonacieron malos, sino que se hicieron tales. ¿Y cómo se hicieron malos? Haciendo cosasmalas. Esto es impresionante: lo que hagamos (o dejemos de hacer) dejará inevitablementeuna huella en nosotros.Si, entonces, ese señor quería combatir a los malos, lo hacía porque pensaba que era maloser malo. Pero si los malos se hicieron malos haciendo el mal, y yo quiero combatirlos consus mismas armas, entonces yo me estaré haciendo malo. Mataré a los malos haciéndomeyo malo. Daría para una buena novela: un hombre que logra eliminar a todos los malos delmundo y que al final descubre que su tarea ha sido en vano, porque él es el último de losmalos. Sólo le quedaría la posibilidad del suicidio. No parece ser muy buen negocio.Somos libres para elegir, pero no para evitar que caigan sobre nosotros las consecuenciasde nuestros actos. Hoy, sin embargo, son muchos los que quieren escapar a esta leyineludible. Pensemos, por ejemplo, en prácticas tan elementales como la multiplicación deproductos dietéticos, que permiten gozar de la comida sin pagar los costos de la gordura. Ode otras más delicadas, como las conductas anticonceptivas, que desvinculan el ejercicio dela sexualidad y la consecuencia procreativa. Sin embargo, aunque los avances de la técnicapermitan evitar o disminuir las consecuencias visibles de nuestras acciones, ningunatecnología logra borrar la huella que ellas dejan en nuestra persona. Sólo cambia el que enla actualidad se puede ser glotón sin parecerlo. En Un mundo feliz, Aldous Huxley describióuna sociedad donde existe una perfecta disociación entre los actos y las consecuencias. Unmundo, por ejemplo, en el que la sexualidad no está "amenazada" por la procreación.

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