“CARTAS A UN JOVEN POETA” DE RAINER MARÍA RILKE
Enviado por belenluzardo • 3 de Noviembre de 2015 • Trabajo • 3.213 Palabras (13 Páginas) • 581 Visitas
EL PROCESO DE CREACIÓN Y LA OBRA DE ARTE
EN “CARTAS A UN JOVEN POETA”
DE RAINER MARÍA RILKE
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Materia: Metodología de la Investigación Literaria.
Alumna: M°Belén Luzardo Correa.
Profesor: Santiago Dentone.
Institución: CeRP del Este.
Fecha de entrega: 30.10.2012.
INTRODUCCIÓN:
Este proyecto de Investigación apunta a un abordaje más profundo y detallado de la estética rilkeana en lengua castellana, dado que hasta el momento no encontramos un estudio exhaustivo en dicha lengua. Las barreras lingüísticas con las que nos hemos encontrado para el estudio del tema, promueven un interés mayor para el personal a cargo de esta investigación.
El autor seleccionado RAINER MARÍA RILKE nace el 4 de diciembre de 1875 en Praga.Es considerado, en la actualidad como uno de los más significativos poetas alemanes y de la Literatura Universal. Ante una producción literaria vasta y diversa, este trabajo seleccionará textos de “Cartas a un Joven Poeta” (1903 -1908), los “Sonetos de Orfeo” I, IX,XXI,XXII” y el poema “El poeta” para analizar la concepción de arte y el papel que se le adjudica al autor-creador en la poética desarrollada por Rainer María Rilke. En este periodo, su obra se inscribe en el denominado “Expresionismo”, movimiento cultural surgido en Alemania a inicios del siglo XX en reacción al “Impresionismo” imperante. Surge en períodos de guerra por lo que sus escritos incitan a una reflexión sobre la vida, la sociedad, su organización y el papel de los individuos en ella. Es evidente que nace con los expresionistas un “arte nuevo” más personal e intuitivo, donde lo principal es el predominio de la visión interior del artista, basado en una lectura de la realidad subjetiva e íntimamente emocional, como se refleja en el poeta. Podríamos afirmar que Rilke llegó a formarse un método propio para abordar la vida y el arte.
Kate Hamburger ha analizado su obra y observa “una voluntad descriptiva y expresiva dirigida a la cosa misma, al fenómeno” a lo que denomina “fenomenólogo lírico”. Esta explica su procedimiento de creación diciendo: “contempla las cosas y los fenómenos teniendo en cuenta la esencia y el principio que vive,que actúa en ellas, que las forma”[1]. Se desprende de la manera que el poeta plantea la relación de experiencia y conocimiento con el mundo, la influencia del método de Edmund Husserl, método ampliamente difundido y avalado en varios ambientes universitarios alemanes. Es evidente en sus escritos la influencia directa de filósofos del siglo XIX como Federich Nietzche y de Arthur Schopenahuer.
Rilke declara por boca de su personaje Malte Laurids Brigge “los versos no son, como la gente cree, sentimientos (...),son experiencias”[2], en definitiva la vida en su libre expresión, en sus diversas facetas y colores. El mundo se interpreta y decodifica desde el sujeto, por dicha razón Rilke aconseja a Koppus (poeta con el cuál realiza el intercambio epistolar en la obra selleccionada)el cultivo de la experiencia interna de la soledad y la búsqueda de lo profundo. En la medida que adentro en mi ser y descubro las emociones y sentimientos que priman en mí (ya sean, tristeza, dolor, confusión)y soy capaz de vislumbrar lo que desencadena dichas emociones ,mi mundo se resignifica (adquiere un nuevo sentido).La consciencia de este descubrimiento posibilita al artista una nueva visión de la vida que puede expresar por medio del arte.
En “Cartas a un joven poeta” el tema de la creación y la obra de arte se aborda en las primeras cartas. En ellas se plantea que el artista debe tomar una actitud crítica al entrar en contacto con la obra, para ello la introspección y la soledad son los estados ideales. Sólo así el autor podrá saber si su tema es auténtico. Aconseja evitar temas corrientes, inspirarse más bien en la naturaleza cotidiana o recurrir a la infancia. Para el autor la mujer, los niños, y los ancianos representan lo puro, lo inocente. Ve a la intuición como la única forma de llegar a la esencia del autor plasmada en la obra. La trascendencia del hombre se produce a través de sus obras, no de su descendencia.
En la tercera carta específicamente, aconseja leer lo menos posibles obras críticas, las obras de arte deben vivir en medio de la soledad infinita, ser inaccesible a la crítica, sólo el amor las comprende.
A partir de la quinta carta trata sobre el tema de la “soledad grande e íntima” necesaria e imprescindible para el artista en su labor.
Sin lugar a dudas, Rilke concibe al arte como algo misterioso y profundo (lo que se desprende de las obras seleccionadas y detalladas líneas más arriba).El poeta debe aislarse para explorar su propia interioridad, dejar de lado la contaminación del mundo exterior, ignorar que el mundo ya existe y crear otro.
ESTADO DE LA CUESTIÓN
Se evidencia escasa bibliografía y análisis teóricos sobre la obra de arte y el proceso de creación artística (poética) de Reiner María Rilke. Una ausencia importante referida al estilo y la estética empleada por el mismo y sus repercusiones dentro de la Historia Literaria. La mayoría de los trabajos relevados versan sobre su vida privada y análisis de sus obras fundamentales, se observa en ellos un abordaje vago y superficial. Los motivos pueden ser varios: distancias lingüísticas y espaciales, acceso restringido a las fuentes a través de Internet, entre otros.
Los diversos autores consultados señalan sin ahondar en profundos detalles las transformaciones acaecidas en la estética Rilkeana en el periodo comprendido entre finales del siglo XIX y el XX, momento de transición entre el Impresionismo y Expresionismo. Tal es el caso de Rudolf Bruner Dvorak en su artículo sobre la influencia de la obra de Auguste Rodin en el cambio de paradigma estético de la poesía de R.M. Rilke en la primera década del Siglo XX y Otto Bollow en “Rilke poeta del hombre”.Estos distinguen dos etapas de creación artística bien diferenciadas, la primera responde a los primeros años del poeta dónde se palpa la influencia ineludible de un idealismo neorromántico. En este momento su lírica expresa claramente una búsqueda inquieta hacia una dimensión espiritual de la existencia, con claras referencias a algunos tópicos de la religión católica (como “El libro de las horas”). Una segunda etapa remite a la producción rilkeana de la primera década del siglo XX, considerada por la crítica literaria como los poemas-cosas. En ellos, las palabras parecen esculpir imágenes “concretas” construidas por medio de un lenguaje preciso y rotundo. La belleza de sus versos radica en la capacidad de dar movimiento a las emociones más profundas a partir de una descripción minuciosa de la realidad, de las situaciones cotidianas y de los objetos corrientes despojados de cualquier connotación espiritual o mística. Son versos que describen y expresan a la vez. El proceso creativo se sintetiza de la siguiente manera: el poeta observa la realidad, la interioriza en sí y luego la vuelca al exterior como algo nuevo a través de la palabra.
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