CATEDRAL DE CHARTRES.

CATEDRAL DE CHARTRES

        (Aspectos generales) La catedral de Notre Dame de Chartres se construyó entre 1191 y 1220. Su arquitecto fue el llamado maestro de Chartres y pertenece al estilo gótico. El edificio tiene 130 m. de largo y 32 m. de alto.

Se levantó en el mismo lugar donde antes había existido un templo románico, destruido parcialmente por un incendio. Es reflejo del espíritu emprendedor y de la riqueza de la nueva burguesía que había ido creciendo en las ciudades francesas de la Baja Edad Media. Se construyó en muy pocos años, lo que explica su gran unidad estilística.

        El análisis formal lo iniciaremos por el exterior. En su fachada principal (la occidental) se conserva el antiguo Pórtico Real, superviviente de la primitiva catedral románica. Sobre él se alzan tres grandes ventanales y un enorme rosetón que iluminan el interior del templo. Todo ello rematado por una galería con estatuas de reyes. La portada está flanqueada por dos altas torres, de las cuales la derecha se corona con un chapitel románico y la izquierda con una aguja gótica.

Todo el perímetro del edificio está rodeado por arbotantes y contrafuertes que, respectivamente,  transmiten y contrarrestan el peso de la bóveda, haciendo que los gruesos muros característicos del románico sean aquí innecesarios y en su lugar puedan abrirse grandes ventanales.

Interiormente su planta se estructura en tres naves, la central de las cuales es mucho más elevada que las laterales; un transepto también de tres naves, en cuyos brazos se abren sendas portadas; y una cabecera de gran tamaño formada por doble girola y capillas radiales de planta semicircular.

Las bóvedas que cierran las naves son de crucería, cuyos nervios se prolongan hacia una serie de columnillas adosadas que transmiten el peso a los pilares, formándose de esta forma los característicos pilares fasciculados.

El alzado interior tiene tres niveles: las arcadas, que separan la nave central de las laterales; el triforio y un enorme claristorio cerrado por vidrieras de vibrantes colores.

        A nivel iconográfico, la mayor parte de la decoración escultórica del templo gira en torno al culto a la Virgen, bajo dos advocaciones: la de la Anunciación y la de la Visitación. Ello se explica porque la catedral de Chartres era un gran centro de peregrinación mariano, pues poseía una reliquia de gran valor: la túnica que vestía la Virgen cuando nación Jesús.

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