COMO EDUCAR
Enviado por • 4 de Agosto de 2014 • 1.520 Palabras (7 Páginas) • 205 Visitas
El bien educado sabe que nunca lo está del todo pero que lo está suficiente como para querer estarlo más .Fernando Savater La educación es un tema con muchas aristas, desde las cuales es posible ser abordado y sumergirse en una considerable complejidad. En el libro titulado. El valor de educar, Fernando Savater, con la lucidez que le caracteriza, logra desmenuzar el tema desde el rol de quienes educan, maestros y padres principalmente. El libro se compone de seis capítulos, de los cuales quiero destacar algunas reflexiones que dejan ver de qué va cada uno:
1. El aprendizaje humano
El hecho de enseñar a nuestros semejantes y de aprender de nuestros semejantes es más importante para el establecimiento de nuestra humanidad que cualquiera de los conocimientos concretos que así se perpetúan o transmiten.
2. Los contenidos de la enseñanza
…la educación, orientada a la formación de
l alma y el cultivo respetuoso de los valores morales y patrióticos, siempre ha sido considerada demás alto rango que la instrucción, que da a conocer destrezas técnicas o teorías científicas.
3. El eclipse de la familia
El papel de la familia en la educación de una persona es insustituible, y por ello
“cuanto menos padres quieren ser los padres, más paternalista se exige que sea el Estado”
, y por ello se le concede la posibilidad de guiar el destino de una persona, por más masificado que este sea. En la sociedad actual el rol del padre es de vital importancia, se requiere que tenga
“suficiente autoridad para gestionar el miedo iniciático en el
que se funda el principio de realidad, pero también con la tierna solicitud doméstica, próxima y abnegada, que ha caracterizado secularmente el
papel familiar de la madre”
4. La disciplina de la libertad
El objetivo explicito de la enseñanza de la modernidad es conseguir
Individuos auténticamente libres…comprender que la libertad de la que
Estamos hablando no es un a priori ontológico de la condición humana sino un logro de nuestra integración social.
disciplina, que guíe al alumno a obtener autocontrol, aprendiendo a mandarse así mismo obedeciendo a otros.
CAPÍTULO 5. Hacia una Humanidad sin Humanidades.
Estamos atravesando una crisis en la humanidad. Las exigencias de las sociedades modernas en cuanto a lo tecnológico y lo científico, están mutilando a las generaciones futuras de la visión histórica, literaria y filosófica que son imprescindibles para el desarrollo de la plena humanidad. Los planes de enseñanza en general, tienden a reforzar los conocimientos científicos o técnicos a los que se supone una utilidad práctica inmediata, directamente una aplicación laboral. Esta situación genera un divorcio entre la cultura científica y la cultura literaria. La interrogante es: ¿Cómo pueden dejarse la cultura literaria y con ella lasfacultades del humanismo, la cual pretende desarrollar las capacidadescrítica de análisis, la curiosidad que no respeta dogmas, el sentido derazonamiento lógico, la sensibilidad para apreciar las más altasrealizaciones del espíritu humano, la visión conjunta del panorama delsaber?. Lograr la integración de ambas favorecería mejor a la educación.Pero más allá de impartir más la cultura científica que la literaria está unaspecto mucho más profundo. Como dice Fr
ancois Closets, “Poco importa
en último extremo lo que se enseñe, con tal que se despierte la curiosidad
y el gusto por aprender”. Lo que importa no es lo que se aprende sino la
Forma de aprenderlo, por lo tanto no es cuestión de qué sino de cómo. Este planteamiento compromete directamente al profesor, por que en sus
Manos está el “cómo” enseña. En este aspecto se hace referencia a una delas causas de la ineficacia docente, definida como la “pedantería pedagógica”, llamándola como una enfermedad laboral, l
A cual padecen la
Mayoría de los maestros. El término “pedante”, en voz italiana quiere decir “maestro”, por lo que no tiene ninguna connotación peyorativa. La
Pedantería nace con la vocación de enseñar. Todos los profesores somos pedantes en algún momento. La pedantería exalta el conocimiento propio por encima de la necesidad docente de comunicarlo, se da relevancia a los ademanes intimidatorios de la sabiduría a la humildad paciente y gradual que la trasmite. Existe la pedantería, cuando el maestro se dirige a sus alumnos como si estuviera presentando una conferencia ante un congreso de distinguidos y exigentes colegas. Esta situación no permite abrir el apetito cognoscitivo del alumno, porque lo agobia. La humildad del maestro renuncia a demostrar que uno ya está arriba y se esfuerza por ayudar a subir a otros. Ya que su deber es estimular a que sus alumnos descubran y no que sepan todo lo que el maestro ha descubierto. Por lo tanto el maestro debe fomentar las pasiones intelectuales y no crear un ambiente de apatía provocada por la rutina.
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