CONSIDERACIONES GENRALES PARA LA COMPRENSIÓN DEL PROYECTO NACIONAL

El progreso y el desarrollo de los pueblos, a nivel global, ha venido midiéndose de acuerdo a indicadores que distan mucho de la realidad social en cada uno de ellos (tal como lo son el Producto Interno Bruto, el Ingreso Per cápita, etc.) y los cuales no han podido coadyuvar a la toma de decisiones por parte de la clase dirigente, mientras las grandes mayorías –conocido hoy por hoy como el 99% de la población mundial- se sumen cada vez más en la miseria.

Es por ello que se ha hecho necesario abordar otras formas de apreciar los Proyectos Nacionales con los indicadores de Calidad de Vida, el cual está directamente relacionado en una forma directamente proporcional con la concepción de “desarrollo”, de modo que se pueda inferir lo más cercano a la realidad del país las verdaderas causas para la satisfacción de las necesidades sociales, de modo que los resultados sean un reflejo necesario de la planeación en concordancia con la solución más directa posible de los problemas, cuyos objetivos estén directamente relacionados con los caminos a seguir (de acuerdo a las estrategias adecuadas para lograrlos) para el diseño de las políticas públicas idóneas.

Para ello se hace necesario, la adopción de un sistema de planificación con una fuerte carga de humanismo en lugar de tecnocracia, para poder apreciar las necesidades individuales que en suma puedan calificar como verdaderas necesidades colectivas, al punto que satisfaga las necesidades –materiales y espirituales- de los hombres (seres humanos) históricamente determinadas para que pueda mantenerse la sociedad y subsistir, mediante la generación de una verdadera riqueza social .

Ahora bien, como acabamos de citar arriba, éstas necesidades son establecidas en un momento histórico –es decir que son constantemente cambiantes o renovadas-, razón por la cual, los índices que se utilizaban para medir el grado de desarrollo de los pueblos, pierden vigencia toda vez que sociedad evoluciona, por lo que todo Plan Nacional debe ajustarse a la verdadera realidad social y ser planteado ideológicamente de acuerdo a estrategias diseñadas para la procura del verdadero bienestar colectivo, cual es el de la mayoría de los pobladores, y no el de una minoría, amén de los resultados que arrojen los índices tradicionales, que solo sirven de patrón para que el capital internacional vea atractivo o no a ciertos países.

Se debe entonces escoger entre dos (2) tendencias o estilos de de desarrollo (Pudiésemos decir dos caminos):

1. El consumista, el cual, tradicionalmente se nos ha impuesto mediante la manipulación de la conciencia social por parte de la clases dominante y dirigente del Estado venezolano ayudado por lo que Gramsci llamó el Estado ampliado (la sociedad civil) la cual es utilizada por el sistema capitalista para reforzar su esquema de dominación, evitando las crisis sociales y poder mantenerse .

Mediante este camino lo único que hemos conseguido es convertirnos en consumistas, en la procura del bienestar individual sin importarnos nuestros semejantes. Esto es lo que se ofrece desde la ética del Capitalismo y el capital transnacional lo ha conseguido mediante la implantación de convenios internacionales los cuales son puestos en práctica para seguir despojando a las Estados débiles donde casi todo es importado (desde la tecnología hasta las costumbres con su estilo de consumo impuesto), a través de los que se reproduce el sistema de dominación, los cuales solamente subsistirían mediante mayores endeudamientos de los cuales no podrían zafarse quedando envueltos en redes a merced de los Estados poderosos. Aquí no se satisfacen sino las necesidades de la clase dominante y hegemónica (el 1% de la población mundial)1, la acumulación ce capital.

2. El Creativo, el cual en muchos casos debe basarse en sistemas económicos-sociales de austeridad, mediante la implantación del despertar de una conciencia social en la que la prioridad sea el ser humano y no el resto de lo material, donde las necesidades de la colectividad (interés común social) prepondera sobre las individualidades, para lo que se debe desconstruir y reconstruir el pensar y sentir colectivos

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