CUENTO: LA BAILARINA
Enviado por sandracelina • 3 de Junio de 2013 • 343 Palabras (2 Páginas) • 458 Visitas
LA BAILARINA.
Una joven había tomado clases de ballet durante toda su infancia, y había
llegado el momento en que se sentía lista para entregarse a la disciplina que
la ayudaría a convertir su afición en profesión.
Deseaba llegar a ser primera bailarina y quería comprobar si poseía las dotes
necesarias, de manera que cuando llego a su ciudad una gran compañía de
ballet, fue a los camarines luego de una función, y hablo con el director.
Quisiera llegar a ser una gran bailarina, le dijo, pero no se si tengo el
talento que hace falta. Dame una demostración, le dijo el maestro.
Transcurrido apenas 5 minutos, la interrumpió, moviendo la cabeza en señal de
desaprobación. No, no tiene usted condiciones.
La joven llegó a su casa con el corazón desgarrado, arrojó las zapatillas de
baile en un armario y no volvió a calzarlas nunca más, se casó, tuvo hijos y
cuando se hicieron un poco mayores, tomó un empleo de cajera en un
supermercado.
Años después asistió a una función de ballet, y a la salida se topó con el
viejo director que ya era octogenario, ella le recordó la charla que habían
tenido años antes, le mostró fotografías de sus hijos y le comentó de su
trabajo en el supermercado, luego agregó: Hay algo que nunca he terminado de
entender. Cómo pudo usted saber tan rápido que yo no tenía condiciones de
bailarina?
Ahhh, apenas la miré cuando Ud. bailó delante de mi, le dije lo que siempre le
digo a todas, le contestó.
Pero eso es imperdonable! Exclamó ella, arruinó mi vida, pude haber llegado a
ser primera bailarina!
- No lo creo, repuso el viejo maestro. Si hubieras tenido las dotes
necesarias, y una verdadera vocación para bailar no habrías prestado ninguna
atención a lo que yo dije.
Conclusión:
Sin duda, si te crees perdido, estas perdido y si crees que no puedes, pues no
podrás. Si quieres hacer algo pero lo crees imposible, no creo que triunfes
jamás.
En la vida no solo el valiente o el veloz triunfa, tarde o temprano el que
siempre vence es el que cree que es posible.
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