Cada quien con sus vueltas en la vida.
Enviado por patriwhite • 30 de Marzo de 2017 • Ensayo • 481 Palabras (2 Páginas) • 120 Visitas
E.S.N°3 EL NACIONAL
TRABAJO Y CIUDADANÍA
PROF. PATRICIA CURCIO
"Cada quien con sus vueltas en la vida... vos de Ingeniero Químico a trabajar en neurociencia en educación y deporte, yo de física y matemática a neurociencia, percepción y memoria…" Esto me lo dijo el neurocientífico Rodrigo Quian Quiroga días atrás, algo que resume un mensaje para todos aquellos que se preguntan “¿De qué voy a trabajar si estudio esta carrera?” Quizás esté mal formulado el interrogante. El hallazgo de soluciones a nuestros problemas tiene mucho más que ver con hacernos las preguntas correctas que con la insistencia en alternativas de solución. Si las preguntas son equivocadas, tendemos a resolver los efectos de un problema y no su causa raíz. Y la causa raíz del problema de la supervivencia futura, lo laboral y la generación de ingresos, está ligada a vivir de lo que a uno le gusta. Cuando nos apasionamos por algo, ponemos todos nuestros recursos neurales a su servicio, la motivación, la atención, la persistencia o la resiliencia. Si nos identificamos nosotros mismos con nuestro aprendizaje y lo que hagamos con ello laboralmente, será muy difícil que abandonemos el proyecto. Simplemente porque ese proyecto es nuestra propia identidad. ¿Quién abandona su identidad? Preguntarse ¿qué temas me gusta leer, qué leía de chico, que me atraía?, puede orientarnos mucho mejor hacia lo que podríamos estudiar. Y una vez que profundicemos en una disciplina, notaremos que se abren múltiples canales que nos llevarán a otras, las que sumaremos a nuestro acervo de memorias y de inclinaciones, mientras disfrutamos del trayecto. Este cruce de fronteras abre nuestra mirada del mundo y la posibilidad de crearnos nuestro propio trabajo futuro, casi a medida si así lo soñamos. Un trabajo que puede ser tan único como las combinaciones de saberes que seamos capaces de crear. Hay una infinidad de estos casos de personas que se animaron a estudiar lo que sintieron, más allá de la sinrazón del pensamiento lógico. Y su medio para sobrevivir ya no fue un trabajo sino una pasión. Por si fuera poco, nunca es tarde y cualquiera sea la edad que tengamos, siempre está a nuestro alcance la reconversión profesional. Puede ser total o parcial, con algunos estudios agregados o recomenzando. Siempre lo aprendido será de enorme valor, no hay que resetear el cerebro a cero (y que bueno que no sea posible). Sólo hay que dejar los miedos atrás. Cuando, a mis 13 años, las revistas de la National Geographic llegaban de tanto en tanto, con sus historias de homínidos, los australopitecus, los afarensis y tantos otros, había ahí una pista a seguir. Algún día iba a retornar esa afición, en otra forma, con otros nombres. Había que dejarse llevar por la intuición. ¿De que voy a trabajar si estudio esta carrera que me apasiona? De ser yo mismo.” Pérez, Marcial, “Cerebro que Aprende”, ed. Autoría Consultora Editorial, Buenos Aires, 2014
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