Carta A Los Cristianos

EL MENSAJE DE NUESTRO PÁRROCO

Queridos hermanos y hermanas:

Nuevamente estoy cerca de ustedes para compartir con gozo el crecimiento de nuestra comunidad parroquial. Les agradezco sinceramente todos los detalles de afecto para con su Párroco en ocasión de la Clausura del Año Sacerdotal el mes de Junio. La Misa fue muy hermosa por la participación de Ustedes. Recibí muchas cartas de diversas familias, que compartían sus anhelos, esperanzas y compromiso. Ello nos anima a seguir trabajando por la vida y la fe de nuestro pueblo. ¡Gracias de corazón!

Se acerca el mes de setiembre, tradicionalmente dedicado a la Familia. Queremos celebrar esta fecha con Ustedes. Todos nacemos en una familia; en ella aprendemos la vida, los valores, la fe. La familia es el santuario de la vida, donde ella es acogida, protegida y promovida. ¡Cuánto debemos agradecer a Dios por nuestras familias!

La acción significativa de setiembre lleva como lema: “FAMILIA, REGALO DE DIOS” y tiene como finalidad ayudarnos a valorar la familia como escuela de comunión. En ella, junto a nuestros padres y hermanos, conocemos la belleza y el desafío de vivir unidos, de ayudarnos mutuamente, de crecer juntos. Si vivimos unidos en familia podremos vivir unidos como Iglesia en la Parroquia.

A continuación explicamos las acciones que hemos de realizar en familia, en la zona y en la parroquia. Que nadie falte.

Les abraza y bendice, su párroco:

¿QUÉ HACER EN LA ACCIÓN SIGNIFICATIVA DE ABRIL?

... EN FAMILIA:

Elaborar banderines con el lema del mes y los colocamos en la puerta d nuestras casa. Hacer cadenetas y colgarlas en las puertas de nuestras casas el Domingo de Ramos

... EN LAS ZONAS:

Rezar el Via Lucis con antorchas y/o velas

... EN LA PARROQUIA:

• Participar en la Vigilia Pascual el 19 de Abril.

• Colaboremos con la cena pascual el 27 de abril a las 5:00 p.m (comprar ticket en secretaria Parroquial)

¿Qué significa para nuestra vida la Resurrección?

Nuestra fe se basa en la Muerte y Resurrección de Cristo, al igual que una casa está construida sobre sus cimientos: si éstos ceden, toda casa se derrumba. En la cruz, Jesús se ofreció a sí mismo al tomar sobre sí nuestros pecados y descender al abismo de la muerte, y en la Resurrección los vence, los elimina y nos abre el camino para renacer a una nueva vida. San Pedro lo expresa sintéticamente al comienzo de su Primera Carta, como hemos escuchado: «Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, incontaminada e imperecedera» (1 Pe 1,3-4).

REZO DEL VIA LUCIS

• PRIMERA ESTACIÓN:

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