Chernobyl

Es un largo recorrido en tren a mi destino, por la velocidad de la máquina a penas si distingo los árboles de las campiñas europeas, recuerdo hace 20 años el destartalado tren que me condujo por este mismo camino era viejo, y me acompañaba el dolor, la soledad y el miedo a lo desconocido, hoy igual que entonces pego mi nariz al cristal de la ventana para ver si logro que el sol toque mis mejillas y me abrace su calor. Las imágenes pasan rápidamente y mi mente divaga.

     Nací en Ucrania en la ciudad de Chernobyl mi país tuvo una historia difícil y más aún chernobyl primero perteneció al Ducado de Lituania, luego a Polonia en 1793 se anexionó a Rusia y en 1921 formó parte de la URSS. Se decía que había sido  habitada por judíos en su mayoría, antes del exterminio nazi. Los ancianos contaban anécdotas mi favorita aquella que decía que en el s. XVII se le llamó “Chermobil” debido a una secta que se instaló en el lugar y que predicaba la llegada del anticristo y del fin de los tiempos a su líder le llamaban “patas de vaca”.

    Cuando cumplí los 10 años mi padre nos llevó a vivir a mi madre y a mí a Prípiat a 3 km de Chernobyl al Noroeste de Ucrania y unos 10 km de la frontera con Polonia, yo, al principio no quería irme porque extrañaba a mis abuelos pero al conocer la pequeña ciudad me enamoré de ella, ese lugar  albergaba a unas 14 000 personas de los cuales 8000 eran operarios (incluyendo a mi padre) de la central nuclear más importante del mundo Vladimir I. Lenin  que según palabras más o menos de mi progenitor era un objeto del comunismo soviético.

     La ciudad tenía un gran letrero en la entrada que decía: Prípiat y debajo de él la fecha de 1970 su fundación con grandes edificios acomodados en bloques de hasta 12 pisos de altura asemejaban piezas de dominó montadas una tras otra y un bloque frente a otro. Yo vivía en un edificio en el 8º piso mi casa de grandes ventanales me dejaba ver los árboles  del bosque contiguo de grandes abedules de corelia que en el invierno semejaban monstruos de hielo y vaya que el invierno anterior había estado intenso, pero a mí me encanta que nieve, en el centro de la ciudad estaba la plaza Lenin, también había un hotel “El polician” en ocasiones mis padres me llevaban al palacio de cultura me gustaba ver en el segundo piso sus enormes murales, yo vivía cerca de la estación de bomberos, del otro lado estaba la comisaría y más allá estaba la piscina pública donde mi madre me llevaba pasado el invierno a nadar, aunque cerca existe un río el Dniéper que desemboca en el Mar Negro y no es muy profundo es algo frío y sus orillas arenosas pican los pies, por eso prefería ir a la piscina.

     En prípiat se cosecha trigo, setas, ajenjo y además se pesca.  Mi escuela estaba detrás de mi hogar mi salón de clase  en el 2º. Piso y tenía en la pared un gran pizarrón y la foto de Marx, ese día habían instalado una feria con una gran rueda de la fortuna, carros eléctricos y otros juegos mecánicos ya que el 1º de mayo habría desfile y fiesta.

Pero esto no ocurrió, y nunca pude subir a ninguno de ellos. El 25 de abril de 1986 supe por mis padres que tendría otro hermano o hermana  mi papá feliz salió a trabajar a la planta, le tocaba el turno de noche mi madre y yo fuimos a dormir, casi a las dos de la mañana del 26 de abril se escuchó un estruendo y mi casa se cimbró no supimos más, a lo lejos podíamos ver unas luces como el arco iris subiendo hacia el cielo y mi madre decía, fue en la planta estará bien papá, al poco rato las sirenas de los bomberos no nos dejaron dormir.

Ya al amanecer, tocaron a la puerta y oí que mi madre murmuraba con alguien, cuando entró le pregunté qué ocurría y me dijo que papá le mandaba decir que había habido una explosión en el reactor pero que estaban bien,

Aún ignorábamos del desastre en la mañana casi nadie comentaba nada hasta que llegaron soldados enmascarados, con tanques por toda la ciudad, yo sentía en mi boca un sabor ácido, extraño, llegaron los militares con aparatos raros, ante una algarabía de chiquillos que los perseguían juguetones para conocer sus propósitos, poco a poco nos inundó un humo traslúcido, cuando mi padre regresó a casa platicó que trabajaban más de 250 operarios cuando hubo una explosión en el reactor 4 y que la tapa de 1200 toneladas que lo cubría había sido expulsada por los aires como si fuse de papel y  dos bomberos habían muerto tratando de apagarlo también contó de las hermosas luces que subían hasta el cielo como un arcoíris, se sentía con ganas de vomitar y mi madre creyó que era el cansancio. Recuerdo que corrí a la ventana y vi mi bosque mi hermoso bosque totalmente rojo, los árboles eran rojos.

El 27 de abril llegaron a nuestra ciudad cientos de autobuses amarillos y los militares dieron la orden de evacuar,  sólo podíamos llevar una bolsa con documentos personales una o dos mudas de ropa interior y una pequeña maleta con algo de comida y objetos de aseo personal, nada de animales, al cabo que volveríamos en tres días, nos dieron tabletas de yodo pero aún con esto no había pánico, nos pidieron rapidez y orden ni siquiera nos dejaron llevar ropa de abrigo, Alexander mi vecino de arriba uno de los ancianos de la comunidad  supe después de mucho tiempo que no quiso evacuar y una semana después murió. La evacuación del lugar  duró 3 horas y media. Recuerdo que uno de los soldados que iba con mostros tenía los ojos marrón y al llegar a nuestro destino sus ojos eran azules esto debido a la intensidad de la radiación.

...