Ciclo De Vida Del Producto

Durante las últimas décadas se ha observado un significante aumento en la concientización con respecto a los ámbitos de ecología: se denota cada vez más la importancia del uso sustentable de la materia prima, se habla sobre el ecodiseño, se advierte sobre las repercusiones ambientales y se promueve la cultura del reciclaje; pero al mismo tiempo, alrededor del mundo se aumentan las emisiones de CO2 hacia la atmósfera, día a día se producen toneladas de desechos y se consume más materia prima de la que el planeta puede producir.

Se vive actualmente en una situación crítica con respecto al medio ambiente habitable. Es necesario valerse de todas las herramientas –en el caso del presente documento: el diseño– para idear conceptos a cerca de cambio, pero así mismo, es indispensable que estos conceptos se transformen en acciones.

Se menciona anteriormente que se habla del ecodiseño, del diseño verde, entre otros nombres. Podría ocurrir que se confundan estos términos con el uso de materiales como lo son el cartón o el bambú, pero el diseño que verdaderamente es ecológico va más allá de los materiales.

Un producto para ser ecológico sí, debe ser manufacturado de un material cuyo uso no ocasione repercusiones ambientales; pero debe también, considerarse su uso y fabricación. No serviría de mucho un producto cuyo material sea fácilmente encontrado y de rápida recuperación, si la cantidad de energía contaminante utilizada para su fabricación excediera los límites de factibilidad; o si su periodo de vida útil fuera deplorablemente corto.

Se trata del ciclo de vida que tiene un producto. Es como si debiera ser pensado, desde el momento en que es diseñado, para el momento en el que su vida útil termina y debe ser desechado.

El ciclo comienza al utilizar materias primas, estos recursos se someten a procesos de producción industrial, que consumen energía; el producto debe ser transportado para su comercialización, esto implica emisiones por parte de los medios de transporte que se utilicen para finalmente llegar al consumidor. Una vez que el producto llega al final de su vida funcional, generalmente se desecha, y en esta última etapa se gestionan los residuos para volver a transformarse en materia prima o reintegrarse, por medio de la biodegradación, al medio ambiente.

Estos cinco pasos dentro del ciclo, al aplicarse con las medidas correctas, son lo que hacen un buen producto, y aun mejor: son lo que se puede llamar un diseño ecológico.

Responsabilidad ambiental de un producto recae tanto en la empresa o industrial la cual lo produce, como en el usuario que lo consume. En el año 2002 se publicó la propuesta “sistema-producto-servicio”, a travez de la División de Tecnología, Industria y Comercio en conjunto con el Centro Interdepartamental de Investigación e Innovación para la Sustentabilidad Ambiental del Politécnico

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