Cimunidad
Enviado por rlopes18 • 10 de Noviembre de 2012 • 421 Palabras (2 Páginas) • 226 Visitas
Conductas observadas en una comunidad
Las conductas sociales nacen, luchan por hacerse camino en la sociedad y finalmente pasan a ser vistas como consolidadas. Aunque, hay que aclarar, existen diferentes grados de consolidación.
Están, en primer lugar, las que se institucionalizan, y funcionan perfectamente dentro de alguna comunidad. Muchas veces se puede encontrar esta conducta en los discursos reivindicadores de una tradición: algo que, siendo una costumbre de alguna época particular, queda fijo y se prolonga en el tiempo.
En un grado superior de cristalización, están aquéllas que son reconocidas por alguna autoridad como el Estado y quedan plasmadas en el Derecho positivo.
Un tercer grado en la cristalización de las prácticas sociales está dado por la naturalización: sin que necesariamente intervenga la coacción estatal, hay prácticas que persisten con un rigor a veces mayor que en el caso anterior. Por supuesto, no son compartidas por todos los individuos de una sociedad (¿cuáles sí?), pero tienen fuertes implicancias en las conductas cotidianas y pareciera que invisibilizan a quienes actúan de otra manera. Ejemplo fácil, el matrimonio durante siglos fue visto como la unión de un hombre y una mujer. Era “lo natural”; es decir, lo que no se explicita porque a nadie se le ocurriría desafiarlo. Queda plasmado no en la ley sino en esa entidad oscura y amorfa que es el discurso del “sentido común”. La represión social de la homosexualidad, fue la que dio origen a la expresión “salir del closet”. O sea, a la idea de hacer visible algo que la sociedad creía inexistente.
Sin embargo, hay todavía un cuarto grado en la fijación de las prácticas, y está constituido por la mitologización de las mismas. Se trata de abstraer una práctica de la realidad cotidiana y colocarla en el origen mítico de un conjunto social. Origen mítico que es en todo momento enigmático, ya que toma la forma de un comienzo de dicha comunidad pero para el cual no hay tiempo. La mitologización necesita negar el tiempo y el devenir para justificar una serie de prácticas determinadas que, supuestamente, constituirían el sustrato mismo de tal o cual sociedad. Finalmente, lo que interesa señalar aquí es que a medida que se avanza en el grado de justificación de una práctica social –siempre de acuerdo a la gradación propuesta–, se avanza en la resistencia al cambio. El cambio es sinónimo de transgresión, por eso se le teme y se lo condena. Porque a medida que se avanza dentro de la gradación, se avanza en el castigo que se exige para el “infractor”.
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