Cinco fábulas Sobre Los Derechos Humanos
Enviado por • 29 de Junio de 2014 • 1.573 Palabras (7 Páginas) • 1.723 Visitas
Cinco fábulas sobre los derechos humanos
Steven Lukes analiza la cuestión de los derechos humanos a través de cinco corrientes que pueden considerarse como dominantes en la actualidad. Según el autor, el principio que determina que los derechos humanos deben defenderse, se ha convertido en una de las premisas fundamentales de nuestro tiempo. No obstante, en ocasiones se ha desafiado la universalidad de los derechos humanos, así de aquellos derechos proclamados históricamente se dice que son eurocéntricos e inapropiados para otras culturas y circunstancias. También se dice que la apelación a los derechos humanos, o el lenguaje en que se redactan, no sirve de ayuda o incluso es contraproducente en determinadas campañas o luchas. Pese a esto, prácticamente nadie rechaza el principio de defensa de los derechos humanos. Parece que este principio se acepta virtualmente en todas partes, en unos lugares más que en otros (aunque en la práctica se esté violando constantemente en todos ellos).
Considera Lukes que es importante analizar a fondo el significado de esta aceptación, observando y preguntándose cuáles son las formas de pensamiento que niegan y cuáles las que suponen los derechos humanos, así como la posibilidad de imaginar un mundo sin ellos. Así comienza el autor a proponernos una serie de sociedades en el que el principio de los derechos humanos es desconocido:
Desde una perspectiva utilitarista (Sociedad llamada Utilitaria) creo que Lukes considera que los derechos humanos no sirven casi de nada ya que las personas que creen en ellos podrían comenzar a cuestionar que los cálculos utilitaristas debieran utilizarse en cualquier circunstancia. La idea de tales derechos es un absurdo, ya que no existe ningún derecho que, cuando su abolición sea provechosa para la humanidad, no deba ser abolido. Dado que el espíritu público de los utilitarios, está tan desarrollado que están dispuestos a sacrificarse ellos mismos y, por supuesto, a los demás, siempre que los cálculos demuestren su necesidad.
La segunda sociedad es la llamada Comunitaria, para Lukes los comunitaristas rechazan estos derechos como consecuencia de la abstracción que suponen en referencia a las formas de vida locales, concretas y reales. Creen en el multiculturalismo, reconociendo la identidad de cada subcomunidad en las instituciones del país, pero surge en este tipo de sociedad multitud de conflictos derivados de las diferencias y fricciones que se suscitan entre las diversas culturas. La perfección abstracta de tales derechos es su defecto práctico; las libertades y las restricciones varían con los tiempos y las circunstancias, admitiendo infinitas modificaciones que no pueden acordarse por ninguna norma abstracta. En este sentido, los razonamientos de teóricos suponen un incremento al ataque, al considerar que los derechos humanos son ficciones al igual que la utilidad; es más, todo intento de demostrar con buenos razonamientos que existen esos derechos, ha fracasado.
La tercera sociedad es Proletaria, desde esta perspectiva, el rechazo de los derechos humanos se remonta al profeta de su revolución Karl Marx, según el cual hablar de ellos era un "absurdo ideológico", por dos motivos: en primer lugar porque tiende a ablandar los corazones en el calor de la lucha de clases; cuando la cuestión era ganar, no sentir simpatía por los enemigos de clase. En segundo lugar, Marx consideraba los derechos humanos como elementos anacrónicos porque sólo habían sido necesarios en una etapa prehistórica en la que los individuos necesitaban protección contra daños y peligros generados por un mundo imperfecto, conflictivo y desgarrado por las clases. Así, una vez se transformara ese mundo y naciera un mundo nuevo del comunismo, los seres emancipados nacerían libres de la necesidad de derechos.
Desde el punto de vista de estos tres enfoques la defensa de los derechos humanos supone, en primer lugar, un obstáculo o constricción a lo que se considera "ventajoso" para la sociedad. En segundo lugar, invocan cierto tipo de abstracción sobre las prácticas específica y socialmente locales: significa ver a las personas más allá de sus etiquetas identificadoras y garantizarles un espacio protegido dentro del cual vivir sus vidas desde dentro. Y, en tercer lugar, presuponen una serie de hechos permanentes sobre la condición humana: que los seres humanos se enfrentarán a la crueldad de unos contra otros, que siempre habrá escasez de recursos, que los seres humanos siempre darán prioridad a sus propios intereses y a los de los que están próximos a ellos, etc...
Sin embargo, desde otra perspectiva, defender los derechos humanos puede suponer una protección para los individuos en referencia a los sacrificios utilitarios o las imposiciones comunitarias; eso sí, no se podemos considerarlos al margen de las condiciones económicas, legales, políticas o culturales de las sociedades. Pero defender los derechos humanos, no significa simplemente proteger a los individuos, sino también proteger las actividades y relaciones que hacen
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