Clitemnestra
Enviado por lupiisyjavier • 24 de Marzo de 2015 • Síntesis • 994 Palabras (4 Páginas) • 193 Visitas
<WA4EHA <DFBVVSe aclara el horrible sueño de Clitemnestra, que ha obligado a Electra a llevar libaciones a la tumba de Agamenón. Orestes lo interpreta como un destino de la muerte violenta de su propia madre y urde un engaño para perpetrarla: “Como si yo fuera un extranjero, llevando el atuendo completo de un viajero, llegaré hasta la puerta exterior, acompañado de este hombre (Pílades), presentándome como nuevo huésped de la casa al viejo huésped…” El Coro reflexiona sobre la interminable carrera de Ate. El corifeo advierte a Orestes: “Aún está fresca en tus manos la sangre. De ahí procede el trastorno que turba tu mente… Sólo hay un medio para purificarte: vete a conmover a Loxias y él te librará de tu tormento… Adiós, y que el dios, mirándote con ojos propicios, te guarde para días mejores”. Orestes abandona la escena huyendo horrorizado. fuera un perro peligroso. Mis lágrimas brotaban más prontas que la risa; me ocultaba para sollozar y llorar constantemente”
Ambos hermanos, de rodillas ante la tumba paterna, evocan el alma del muerto y deciden obrar de común acuerdo. Comentan las circunstancias que rodearon el asesinato de su padre. Se aclara el horrible sueño de Clitemnestra, que ha obligado a Electra a llevar libaciones a la tumba de Agamenón. Orestes lo interpreta como un destino de la muerte violenta de su propia madre y urde un engaño para perpetrarla: “Como si yo fuera un extranjero, llevando el atuendo completo de un viajero, llegaré hasta la puerta exterior, acompañado de este hombre (Pílades), presentándome como nuevo huésped de la casa al viejo huésped…”
Orestes, acompañado de su amigo Pílades se presenta ante Clitemnestra como un peregrino que ha venido a anunciar a ésta la muerte de Orestes.
Clitemnestra se entrega a fingidas manifestaciones de dolor. Ordena a una esclava que preste a los huéspedes las debidas atenciones.
Cilicia, la vieja nodriza de Orestes, recuerda emocionada la niñez de éste, se deshace en llanto y exclama: “Ante sus servidores ella (Clitemnestra) ha puesto cara de tristeza, pero, por dentro, sus ojos ocultan una sonrisa, por lo bien que le han ido las cosas…”
La nodriza comunica al Coro que Clitemnestra le ha ordenado que vaya en busca de Egisto, para que reciba del forastero la noticia de la muerte de Orestes. El Coro le aconseja que diga a Egisto que acuda sin su escolta. Con ello se va a facilitar la venganza. Después invoca la ayuda de los dioses en la acción vengati¬va que se está preparando.
Entra en escena Egisto, que llega del campo. El Coro entona un canto de júbilo y, temeroso de que el ánimo de Orestes desfallezca, le pide que imite a Perseo, que apartó la vista de la Gorgona mientras la hería.
Orestes entra en el palacio. Poco después se oyen, dentro de éste, los gritos de dolor que profiere Egisto.
Sale un esclavo y grita: “Ya no existe Egisto”.
Al oir los gritos, acude Clitemnestra y dice al esclavo: “¿Qué es lo que pasa? ¿Qué gritos son esos que estabas
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