Colombia Amarga

CONCLUSION

En síntesis, entre toda esta caótica red de quebrantos ¿quién se acuerda de Colombia? Este Estado Social de Derecho que consagra el fortalecimiento de servicios y el aseguramiento de derechos, considerados esenciales para mantener el nivel de vida necesario para participar como miembro pleno en la sociedad, la protección especial a los grupos vulnerables y defiende garantías colectivas y ambientales. Al parecer pocos, solo algunos reconocen la magna verdad del destino que se manifestará en este país si se modifica totalmente la estructura de una sociedad, infectada del germen de la violencia y la corrupción.

Como lo podemos ver los problemas de Colombia continúan enriqueciendo a unos y dejando aún más pobres a los pobres, porque no podemos negar que gracias a estos conflictos el señor Germán recibió premios y dinero gracias a la infelicidad de unos pobres desgraciados que no los cobijo la suerte y que ahora están más fregados que al comienzo o muertos y este señor si vive de su sueldo o su pensión sin volver a dar una mirada a los que le llevaron a ser lo que es hoy en día. Vive allá en su quinta sin problemas ni que le afecte su vida. Podemos pensar que aún se siguen aprovechando de estos pobres indios que no tienen más riqueza que la noche y el día y que sus míseras vidas los obliga a arrastrarse de aquí para allá para subsistir y no perecer en vano.

Pero regresando a la cruda realidad a este país no lo compone nadie por más escuelas y hospicios y albergues que se hagan y se acomoden los cientos de mendigos y niños que hay en la calle no habrá quien endereza a los burgueses que son los que tienen al país en esta ignominia de desecho y descriminalizada par con sus contemporáneos, ellos que son los principales peces gordos que roban y delinquen con traje blanco y no les corre ni brisa por sus hechos. A los mal llamados protectores de nuestros derechos pero cuales derechos si de esto es que ellos generan sus acaudalados sustentos teniendo la desfachatez de solicitar a organizaciones del exterior para ayudar a los más necesitados quienes ellos porque en las calles de verdad se ve y se siente la total y cruel miseria en que viven los seres que pueblan una ciudad desde su vientre hasta donde las balas enemigas o el hambre lo deje subsistir.

Como se dice Colombia es una moneda con sus dos caras, una que se vende al extranjero y otra la que se vive dentro de sus ciudades, en sus calles, en sus campos, en sus niños y en sus ancianos e indígenas. Dicen que ya no hay esclavitud pero somos muchos los que trabajamos extensas horarios por un mísero sueldo o muchos campesinos que laboran la tierra y las ganancias quedan en manos de los extranjeros o acaudalados. Y en definitiva a esto no hay quien lo pare seguirá así por los años de los años amén de que algún puñado se subleve y tome las armas para defender la causa de los padres de la patria.

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