Comentario del cuadro "GERNICA"

El Gernica

     Óleo  sobre lienzo de enormes proporciones con una clara estructura piramidal muy elaborada a pesar de la impresión de caos que nos trasmite la obra.

     El autor prescinde de toda referencia a la perspectiva y al color (grises, blancos y negros) lo que en el primer caso nos da sensación de intemporalidad al no poder situarlo en el espacio y el tiempo; mientras que la ausencia de color nos trasmite la tristeza y el pesimismo que envuelven al autor al abordar un tema tan dramático como este. El autor utiliza una visión plana de las figuras a lo que añade visiones simultáneas de frente y perfil, las figuras se reducen a sus líneas fundamentales, los puntos de vista se multiplican en  una  misma obra. Por lo que se refiere a la luz ilumina por igual toda la superficie del cuadro al mismo tiempo que combina visiones múltiples que nos recuerda un cierto primitivismo (exposición África y Egipto). El pintor renuncia a la visión tridimensional de la realidad a favor de la expresividad.

     Nos encontramos con una obra de la que tenemos infinidad de interpretaciones. Nos encontramos en primer término un toro, esencial en la iconografía  picassiana  que representa la brutalidad. Los caballos representan al pueblo. Bajo el caballo una madre con el cadáver de su hijo. Todos los personajes abren, dramáticamente,  la boca excepto ese niño muerto. Lenguas picudas que muestran gritos desgarradores y el miedo a la guerra. A la izda un soldado roto en fragmentos, posiblemente aludiendo a los soldados muertos en el frente. Una mujer entra por la derecha en la escena con una lámpara que posiblemente pretendía traer una bocanada de esperanza  en medio del resto de la escena, cargada de angustia. Debajo una mujer arrodillada contempla la escena. Por fin en el extremo encontramos una figura femenina que alza los brazos y cuya postura reproduce la de los Fusilamientos de Goya.

     Picasso parte de un hecho concreto, el bombardeo de Gernica, para hacer una crítica a la violencia y a la guerra.

     Esta obra se pintó para el pabellón español de la Exposición  Universal del 36, pretende llamar la atención sobre la situación de España y llevar al arte más allá de lo decorativo hasta nivel de denuncia y arma para atacar al enemigo. Esta obra permaneció fuera de España hasta la llegada de la democracia, por deseo expreso del autor.

     Pertenece a la pintura contemporánea española, en concreto se trata del Gernica de Picasso

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