Comparación entre Arquitectua de la forma y Arquitectura de los sentidos
Enviado por jgbe • 18 de Noviembre de 2018 • Tarea • 1.396 Palabras (6 Páginas) • 92 Visitas
Teoría de la Arquitectura I AQ-0217, II semestre 2018
Estudiante: Gabriel Barrantes Elizondo
Carné: B60939
III Disertación[pic 1]
Arquitectura de los sentidos y arquitectura de la forma
La defensa de una arquitectura humanista es argumentada por varios autores teniendo en cuenta la experiencia perceptual humana; sin embargo, existen diferencias de posturas en cuanto al dónde y cómo se desarrolla tal experiencia, para unos esta se halla en la materia y es, por tanto, captada por los sentidos del cuerpo; para otros la arquitectura se percibe por sus formas abstractas imaginadas y representadas de manera gráfica. Para efectos de comparar ambas posiciones se mencionan a continuación los argumentos de cada una de ellas.
Los autores que apuntan a una arquitectura de los sentidos postulan que esta debe ser pensada y producida para ser vivida y experimentada por el ser humano a través de los sentidos, para ello enfatizan en la importancia de la materia, las cualidades o características que determinados materiales aportarán a un espacio y la experiencia física y sensible que producirán en sus usuarios; este es el aspecto material o tangible, que se refiere a una arquitectura que el ser humano experimenta sensorialmente, con el contacto físico y directo a través del cuerpo. Bajo esta posición, Juhani Pallasmaa hace una crítica a la hegemonía que se le ha dado al sentido de la vista en la arquitectura y propone un acercamiento al espacio incorporando todos los sentidos corporales, más allá de únicamente la apreciación visual. Se enfatiza el aspecto sensorial de la arquitectura y la experiencia háptica del usuario, dando mayor relevancia al contacto del artefacto con el cuerpo del habitante que a la estética visual.
Así mismo, Alvar Aalto sostiene que la arquitectura requiere en su creación un exhaustivo análisis de los procesos de la vida humana, incluyendo también las experiencias sensitivas; para ello recalca, por ejemplo, la importancia de los materiales elegidos en la construcción, sus propiedades y características, y cómo estos influyen a la percepción y vivencia que se tenga de la arquitectura; para Aalto, la arquitectura tiene el propósito de “armonizar el mundo material con la vida humana”, con lo que enfatiza asimismo la vivencia del espacio en contacto con la materia del artefacto. Esa misma importancia para la arquitectura de los sentidos humanos, incluyendo los emocionales, es lo que Peter Zumthor señala como las atmósferas creadas por la materia del espacio, lo que, de modo metafórico llama “la magia de lo real”, refiriéndose a las vivencias, experiencias y conmociones que pueden generar en el ser humano los elementos materiales de la arquitectura, y que también deben tener la capacidad de ser percibidas por los sentidos.
En síntesis, dichos autores coinciden en que los elementos materiales del espacio arquitectónico, sus cualidades y su determinada configuración producen efectos sensoriales, físicos y psicológicos en quien habita y, consecuentemente, experimenta la arquitectura. La posición de una arquitectura de los sentidos se refiere al ser humano y sus necesidades como el principal propósito que debe satisfacer la arquitectura.
Desde otra postura paralela a las anteriores, sobre una arquitectura de la forma, Colin Davies apunta hacia una separación entre las nociones de la forma y la materia, es decir, una diferenciación entre forma arquitectónica y objeto arquitectónico, y valorar ambos conceptos con connotaciones distintas. Para el autor, la forma de la arquitectura es abstracta e imaginaria, y la manera como puede ser comunicada se da por medio del pensamiento y la representación gráfica, lo que conlleva a un método de percepción que se vale principalmente de la imaginación, el pensamiento y la vista. Tal postura se enmarca en lo que, de modo opuesto, Pallasmaa critica como un predominio del sentido visual, es decir, la vista ocular sobre los demás sentidos en la percepción de la arquitectura, existiendo aquí una confrontación entre ambos argumentos.
En los argumentos expuestos por Davies, la forma adquiere mayor importancia siendo, como según él lo señala, la “esencia de la arquitectura”, implicando que los artefactos arquitectónicos existen antes en la forma que en la materia; es decir, primeramente se conciben en la imaginación, son plasmados gráficamente para luego ser materializados en objetos reales. Según este argumento, la materia depende y está sujeta a la forma preexistente, que puede existir sin estar materializada, y la arquitectura es percibida por sus formas e imágenes abstractas previamente a serlo por sus materiales tangibles. Ante esta aseveración, se opone la manera en que Zumthor describe la experiencia con la arquitectura; con la manera que Davies señala, no hace falta un contacto sensorial con el objeto para percibirlo, pues las formas prevalecen aun sin la materia.
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