Competencia Comunicativa

Margarita Arroyo Acevedo trata de concientizarnos a los docentes, sobre la importancia de tomar en cuenta los intereses del niño, lograr una práctica docente que esté más allá de decisiones de la política que cambian fácilmente los planes y programas de acuerdo a intereses propios.

Nos dice que la calidad de la educación es una preocupación permanente en el ámbito de la política educativa y en su nombre se han promovido toda clase de acciones, que repercuten sobre nuestra práctica en el trabajo con los niños, sin embargo, su enfoque modernizador, no considera la “calidad” desde el niño, no es posible llegar a una definición única de “calidad”, ya que subyacen distintas visiones, de sujeto, de sociedad, de vida, de educación, implica por lo tanto un valor que debe redefinirse en cada situación, no es posible llegar a una definición única, y también un juicio de valor, que se hace comparando la realidad que se observa, con la que sería deseable, casi una utopía.

Se pregunta ¿Cómo intentar una configuración de la calidad educativa donde los sujetos tengan el papel protagónico que les corresponde?

Hay que reconocer, que el programa actual, producto como otros, de una emergencia política, la propuesta metodológica general, tanto en sus definiciones conceptuales , como en los acercamientos didácticos, fue realizada en líneas generales y muy abiertas, entonces, tomando este programa como instrumento de trabajo, cada docente llegará a resultados distintos en su práctica, dependiendo de sus propias ideas acerca del niño, de sus procesos de desarrollo, de la educación y del valor formativo de la práctica que realiza.

En cualquier plan de estudios hay supuestos teóricos sobre el tipo de niño que cada escuela quiere formar, esto determina la orientación de las principales líneas curriculares, la selección de contenidos y la propuesta de cómo trabajar

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