Competencias del docente universitario

Competencias del docente universitario

El objetivo de la educación superior podría definirse como el dominio de una serie de funciones profesionales específicas que le permitan al egresado incursionar en el mercado laboral y cumplir una función determinada en la sociedad. Entonces nos preguntamos, ¿qué perfil debe tener un docente universitario para lograr la formación idónea de sus estudiantes, de acuerdo a lo que demanda la sociedad y el contexto actual?

Para empezar, se dirá que un docente universitario requiere de unas competencias específicas que le permitan contribuir con la formación integral de sus estudiantes. Como lo estipula Zabalza (2009):

 … la enseñanza como una actividad compleja, en parte artística y en parte científica, se considera la necesidad de contar con un profesorado que viva y practique la docencia como una profesión especializada que requiere de ciertas competencias específicas… (Zabalza, Ser profesor universitario hoy, 2009, pág. 66)

En suma, el docente universitario debe tener tres competencias fundamentales, que funcionan de manera transversal a la demás, estas son: comunicación, investigación e innovación.

La comunicación, esta se refiere a saber convertir las ideas y conceptos en palabras; para lo cual, lo primordial es que el docente tenga claras las ideas que quiere transmitir. No se trata simplemente del “qué” decir, sino del “cómo” hacerlo. Por ello, el docente debe estar en capacidad de ofrecer explicaciones que sean comprensibles y, al mismo tiempo, debe saber escuchar y atender a las preguntas o sugerencias de sus estudiantes.

Zabalza (2014) incluye dentro de esta competencia, la necesidad de los docentes actuales de manejar las nuevas tecnologías, por una parte, como fuente para la consulta de información, ya que permite una actualización constante de contenidos, y por otro lado, como recurso didáctico, gracias a las novedosas aplicaciones que permiten llegar a os estudiantes de manera más interesante.

En cuanto a la investigación, es claro que muchos docentes no cuentan con esta competencia, y no es de culpar, porque las políticas de la sociedad del conocimiento han llevado a eso; muchos docentes se sienten obligados por su contrato a publicar un artículo de investigación cada tanto y hacen entonces un remedo de investigación para cumplir con lo que se les exige; es por ello que varias revistas se han llenado de publicaciones poco profundas sobre infinidad de temáticas. En este aspecto, Zabalza (2014) llama la atención sobre la importancia de “investigar sobre la enseñanza” ya que este tema se ha dejado de lado para los docentes universitarios quienes insisten en investigar solo sobre sus disciplinas.

Otros autores suman a estas la competencia de “Gestión”, la cual consiste en favorecer la interrelación entre estudiantes y al mismo tiempo con otros docentes, para potenciar procesos de reflexión y análisis:

Aparte de estos conocimientos será muy importante que el profesor posea las habilidades para gestionar los grupos, que favorezca dinámicas participativas, que genere motivación por las temáticas que se van a trabajar, que fomente la interrelación de los alumnos y que ayude y potencie los procesos de reflexión y crítica de los alumnos, donde las habilidades comunicativas de los profesores serán incuestionables en este quehacer (Ruíz, Mas Torelló, Tejada, & Navío , 2008, pág. 123).

Además de ello, también es competencia del docente: planificar, seleccionar y preparar contenidos, así como diseñar la metodología, elegir los espacios y organizar actividades. En este punto, Zabalza (2014) insiste en la importancia de los espacios como generadores de oportunidades; para él aspectos como el lugar, la disposición del mobiliario y el cambio de interacción en el aula contribuyen a mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje. A esto podría llamársele: “innovación”.

Saber evaluar constituye también una de las competencias básicas de todo docente universitario. En este punto es importante detenerse a pensar en los fines de la evaluación ¿para qué se evalúa? y ¿qué se hará con los resultados?  La evaluación, como lo expone Zabalza (2014) constituye una forma de evidenciar qué están comprendiendo mis estudiantes de lo que yo les estoy trasmitiendo. Es decir que la evaluación no solo está valorando los conocimientos de mis estudiantes, sino que me sirve para evidenciar qué tanto estoy transmitiendo de eso que quiero llevar a ellos.

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