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Consideraciones sobre los filósofos y la analogía del bien y el sol


Enviado por   •  31 de Julio de 2014  •  Síntesis  •  4.369 Palabras (18 Páginas)  •  274 Visitas

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Libros VI: consideraciones sobre los filósofos y la analogía del bien y el sol

Cuando Sócrates, en el libro V, advertía que su pensamiento acerca de que los filósofos deberían ejercer el mando en su Estado ideal podría ser tomado de mala manera, tenía que ver en torno al contexto histórico de la Grecia del siglo IV a.C. donde las ciudades habían sido "victimas" de los malos ejercicios de la filosofía. El sabio filósofo indicaría que la culpa no está en la filosofía, sino en las tentaciones a las que se expone: la riqueza, la belleza, el halago de la multitud con aplausos desmesurados, etc.

No es más cierto, también, considerar que los vanidosos que se expusieron a estas tentaciones no son verdaderos filósofos, ya que éstos sólo se dedicaron a complacer los instintos y los placeres del vulgo, el cual es incapaz de filosofar. Por ello no se pueden llamar filósofos a los que estuvieron ejerciendo el poder y complaciendo al pueblo. Es así como la filosofía, dejada por los verdaderos sabios, cae en poder de personas indignas e incapaces de poder hacer buen uso de ella.

Una vez desacreditados los que dicen ser filósofos y la opinión general que deshonra a la filosofía por culpa de los que decían ser estudiosos de ella, Sócrates se propone a crear una adecuada educación para que los hombres se puedan consagrar a la filosofía.

No basta con la enseñanza en la música y la gimnasia, el joven que aspire a llegar a la filosofía tiene que haber sido una persona consagrada a la verdad, alguien que no le hubiese tenido nunca miedo a la muerte, un joven con muy buena memoria y facilidad para aprender. Desde niños y adolescentes se les impartiría una educación filosófica que iría con el paso del tiempo aumentándose progresivamente, hasta que el cuerpo de estos, ahora hombres, se hallan debilitado por completo y por ello no podrían ir a las guerras, de este modo se tendrían que consagrar por completo a la filosofía.

Ni bien establecido esto por Sócrates, afirmaría que "hasta el día en que los filósofos no tengan autoridad absoluta sobre la ciudad no habrá remedio para los males de ésta, ni de los ciudadanos, ni podrá llevarse a la práctica la organización política que hemos imaginado en teoría."[29]

Recapitulando, el filósofo tendría que pasar por pruebas en el placer y el dolor, tener condiciones morales y espirituales excepcionales y ser conocedor del bien, al cual todos los hombres aspiran a llegar.

Para Platón, el bien es algo que va más allá de lo moral y es muy difícil de explicar, tanto que Sócrates lo explica gráficamente con una analogía entre el bien y el sol. Acá el sol no exclusivamente ilumina, sino también es el responsable del conocimiento y la vida. Con la luz que proporciona el sol podemos ver a los objetos (que son la verdad), y de esta manera se hacen cognoscibles por medio de nuestros ojos (el conocimiento).

La forma del bien aparece en la República como un principio iluminador y creativo. El sol[30]representa la forma del bien a cuya luz se ve la verdad, revela el mundo, hasta entonces invisible y es también una fuente de vida. De esta manera se hace posible que por medio de la visión se pueda dar el apreciamiento de la verdad, haciendo posible el conocimiento.

El bien es la base de toda ciencia, ética y política. El filósofo debe conocer el bien y poder explicar lo que es bueno y lo que no es, éste filósofo tiene que poseer un concepto adecuado del bien, tener la capacidad de definirlo y de demostrar la superioridad del bien ante cualquier otro argumento.[31]

Volviendo a la enseñanza de los que aspirarían a ser filósofos, el objeto principal de una enseñanza perfecta es disciplinar la mente para una adecuada comprensión de la idea del bien. La idea del bien se logra en el mundo inteligible y no en el mundo sensible. Para llegar a ese mundo inteligible se precisa de la dialéctica, que contempla las ideas puras. Con la dialéctica se puede viajar al mundo inteligible en donde reside la idea pura y eterna del bien. Los gobernantes del Estado ideal usaran la dialéctica para ir más allá de cualquier hipótesis del mundo sensible y desdeñar la mismísima verdad.

Libro VII: el "mito de la caverna", ciencias para llegar al uso de la dialéctica y poder servirse del mundo inteligible y cronología del plan de estudios

Para dar un tinte explicativo al mundo sensible, el mundo inteligible y como es que, por medio de la dialéctica, los filósofos han llegado a la idea del bien, la verdad, lo justo, etc., en este libro Sócrates ilustra a sus oyentes sobre un mito, el mito de la caverna.

El mito de la caverna versa sobre unos hombres que desde que nacen viven en una caverna, atados en sus cabezas mirando a una pared, detrás de ellos hay luz que proyecta objetos, generando de este modo sombras en la pared donde los presos tienen fija la mirada. Este mito propone resaltar que cuando uno de ellos salga de la posición en que está y se de cuenta de las cosas que de verdad son y de las cosas que aparentan ser, habrá visto el mundo inteligible; que es eterno y en donde residen las cosas perfectas e inmutables, y los hombres que todavía permanecen atados en la caverna, regocijándose algunos de su sabiduría, no harían más que ver sombras, imágenes superficiales, cambiantes e imperfectas que no darían resultados verdaderos, sino opiniones.

Con este mito, Sócrates, da a entender que en la ciudad ideal no deben gobernar los que ven los objetos sensibles, sino los filósofos que han podido ver la verdad, el verdadero sol. Los filósofos que hayan percibido la verdad, tienen que descender a la caverna en el mundo sensible por amor a la comunidad y participar con sus ciudadanos.

Gracias al amor que tiene el filósofo a la comunidad es que desciende de ese mundo perfecto para ayudar a sus ciudadanos, por ello no se entiende que un verdadero filósofo aspire al mando con vistas al provecho, si éste ha renunciado a un lugar mejor para poder ayudar a los que están ciegos por la oscuridad.

Las ciencias que los hombres utilizarán para poder reflexionar y desarrollar la facultad de concebir abstracciones para la captura del bien, son: la aritmética y las relacionadas con la aritmética; la geometría y la astronomía. Estas tres ciencias no sólo hacen posible una intensa reflexión, sino también desarrollan las capacidades de los que las ejercitan llevándolos gradualmente al mundo de las abstracciones (el mundo inteligible). Estos estudios son preparatorios hasta llegar a la dialéctica, que corona la educación propia del filósofo. La dialéctica es la que proporciona una visión de todo saber y la que captura las ideas perfectas del mundo supraceleste, la dialéctica es la ciencia que busca la verdad por sí misma, la esencia de las cosas.

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