Consumo de cigarrillo

Actualmente, el consumo de cigarrillos se ha visto aumentando de forma alarmante en jóvenes de distintos estratos sociales y culturales, los cuales prueban su primer cigarrillo culminando apenas la niñez. Las causas responden principalmente a la inmadura concepción de que pueden independizarse haciendo cosas de adultos, o bien a la preocupación por pertenecer a círculos de amigos donde la moda es fumar.

La producción de cigarrillos en los países en desarrollo sobrepasa ya el nivel de producción de los países desarrollados. Las proyecciones indican que en el año 2010, los países desarrollados consumirán en torno a un 29 por ciento del consumo mundial de tabaco, mientras que los países en desarrollo consumirán un 71 por ciento. Esto se debe a que en los países desarrollados, la población está cada vez más concienciada de los efectos nocivos que fumar provoca en la salud, a lo que hay que añadir las medidas tomadas por los gobiernos, entre ellas la intensificación de las campañas anti-tabaco, la prohibición de la publicidad y el aumento de los impuestos. China es la mayor consumidora de cigarrillos del mundo con 320 millones de fumadores. Alrededor de 100 países son productores de tabaco para hacer cigarrillos. Los principales son China, India, Brasil, Estados Unidos, Turquía, Zimbabwe, y Malawi; todos juntos producen más del 80 por ciento del tabaco del planeta. China, por si sola, produce más del 35 por ciento.

Las enfermedades causadas por el consumo de cigarrillos son normalmente conocidas, pero muchas veces no se ha tomado en cuenta el llamado síndrome de abstinencia, que se refiere a todos aquellos síntomas que aparecen cuando el fumador deja de consumir la sustancia a la que es adicto (nicotina, en este caso) durante un lapso. Estos síntomas son psicológicos, y son los verdaderos limitantes del abandono del vicio. La gente no se interesa en esta parte de la adicción, cuando es en la abstinencia que se revela la dependencia al cigarrillo. Por lo tanto, es este un problema de relevancia mayor ya que, al no poder vivir sin el cigarrillo, todas las funciones mentales y físicas se alteran: los fumadores se tornan nerviosos, distraídos y agresivos, posibilitando el daño hacia los demás y hacia sí mismos. De hecho, las personas que han fumado por mucho tiempo, últimamente no fuman para sentirse bien, sino para evitar el malestar que la abstinencia les produce.

Venezuela es un país en desarrollo, cuyos consumidores de nicotina abarcan desde niños de 10 años hasta ancianos. Los jóvenes universitarios, quienes tienen que lidiar con responsabilidades y problemas de todo tipo, son los más propensos a depender del cigarrillo, bien porque les alivia la mente, o bien porque hacerlo forma parte de su grupo social. Entonces, son los adolescentes los que más sufren del síndrome de abstinencia y, no casualmente los que más tienden a dejar el cigarrillo y recaer en el incesantemente.

Los

...