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Cooperativas


Enviado por   •  3 de Mayo de 2013  •  1.645 Palabras (7 Páginas)  •  237 Visitas

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Participación social cooperativa

En la Comunidad

La cooperativa es sin ninguna duda un espacio de participación ciudadana. En ella fluye la democracia con más intensidad que en espacios municipales o de gobierno. Los intereses que motivan la participación son evidentes y los asociados refuerzan su actitud participativa cuando consiguen resultados. Además, la cooperativa se convierte en un espacio de realización personal en tanto el tiempo útil de cada individuo es invertido en actividades de bien común.

En las cooperativas

A nivel de los sectores cooperativos se puede apreciar diferencias en la intensidad y frecuencia de participación de los asociados. Mientras que en las cooperativas agropecuarias y de trabajo asociado es mayor la vinculación entre el socio y su cooperativa porque un porcentaje muy alto de su sustento económico depende de esta vinculación así como el tiempo útil que a ella dedica, en las cooperativas de ahorro y crédito, de vivienda, o de servicios múltiples, la vinculación es menor en tanto se limita a uno o más servicios, cuya satisfacción no compromete su vida en general.

El movimiento cooperativo a escala nacional muestra niveles de participación social a partir de las propuestas y resultados de negociación que obtengan los representantes del sector cooperativo frente a las autoridades de gobierno. Los socios a este nivel sólo tienen una

Inconvenientes para la acción del cooperativismo

Sin embargo, siendo ésta una alternativa de interés común para el movimiento cooperativo, todavía se aprecia una cierta disposición a buscar caminos de desarrollo paralelos o divergentes, motivados quizá por la falta de un ente de alto nivel cooperativo que plantee las grandes orientaciones basado en un liderazgo reconocido por todos los que forman parte del cooperativismo.

De alguna manera, los límites o fronteras que los Estados establecen y que los gobiernos usufructúan para sus intereses sea una de las causas de tal disposición, y que los órganos rectores del cooperativismo regional ven como adecuado operar dentro de tales marcos para evitar represalias o censuras. Otra causa, puede ser atribuida a los intereses y objetivos de corto plazo que manejan estos órganos de integración y que responden a necesidades inmediatas y coyunturales y no en perspectivas de mediano y largo plazo.

Aspectos negativos

De las propias cooperativas

Las cooperativas de América Latina en su mayoría no disponen de recursos humanos calificados para enfrentar con suficiencia las demandas permanentes y novedosas de los asociados y de la competencia. El clima de modernidad que existe en la región está planteando nuevos retos (prontitud, eficacia, nuevos servicios), tanto a la empresa privada como a la cooperativa a fin de ser competitivas y mantenerse en el mercado o ser absorbidas por transnacionales en el proceso de globalización descendente. Se requiere de reentrenamiento o renovación de funcionarios y administradores en general, tarea que el movimiento cooperativo está asumiendo con lentitud. La disponibilidad de programas de capacitación es amplia aunque poco actualizada y cuyo cambio se efectúa pausadamente, así por ejemplo, las revistas o folletos cooperativistas, tienen pocas convocatorias o invitaciones a participar en cursos o seminarios de actualización de conocimientos sobre gestión, producción, ventas y, en general, todo aquello que induzca a mejorar la calidad de los recursos humanos.

Asimismo, la capacitación en doctrina cooperativa ha perdido el impulso de otras épocas. Se tiene la impresión, en países como el Perú, Bolivia y Chile, que la «cultura neoliberal» ha opacado las iniciativas de promover encuentros y seminarios de reflexión sobre el sentido de la cooperación y la solidaridad así como del nuevo rol que le compete al cooperativismo en este contexto.

En general, la capacitación doctrinaria, gestionaria y técnica se reconoce como el mecanismo más apropiado para potenciar a las cooperativas y a las instancias de integración de segundo y tercer nivel; sin embargo, se observan tendencias al autocentrismo y una falta de cooperación intercooperativas.

A nivel de cooperativas, los problemas de capacitación de los recursos humanos son de vieja data y, la escasa

disposición a capacitarse no es exclusiva de este sector, en general los adultos en América Latina son reticentes a volver a las aulas pretextando, fundamentalmente, los costos, el tiempo y una errónea percepción de sus habilidades para aprender. De otro lado, la oferta en capacitación, adolece de metodologías apropiadas, de programas con objetivos precisos y de oportunidades que son poco aprovechadas. En el caso del movimiento cooperativo, los supuestos de la escasa importancia que se le otorga a la capacitación de los recursos humanos provienen que la gran mayoría son pequeñas o medianas cooperativas y ello se refleja en sus necesidades de formación. Así tenemos:

Las cooperativas realizan actividades en pequeña escala y por lo tanto hay reducidas exigencias de tipo administrativo o institucional que justifiquen la asistencia a programas de capacitación más tecnificadas y exigentes.

La concepción doméstica del trabajo cooperativo, lo que limita la inclusión de instrumentos técnicos en los procesos administrativos de mayor envergadura.

Los representantes en los consejos directivos están integrados mayoritariamente por dirigentes con bajos niveles de instrucción, que valoran más la experiencia que los conocimientos técnicos

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