Corrupcion En Colombia
Enviado por joulieandrea • 1 de Mayo de 2013 • 1.200 Palabras (5 Páginas) • 552 Visitas
INTRODUCCIÓN
Desde el rol de observadores del Estado Colombiano, en lo que a su funcionalidad respecta, nos encontramos con múltiples cuestiones para ser analizadas. Una de los cuales es la antinomia ética (principios) – corrupción, y su efecto sobre la función estatal.
La temática abarca la estructura funcional de un Estado Social de Derecho, como lo es el Estado Colombiano, considerando a partir de esto, que se deben analizar tanto los comportamientos como servidores públicos, como los comportamientos sociales y los comportamientos individuales de un ciudadano de a pie.
Nuestro Estado de Derecho, según lo dicho, se concibe como un ordenamiento jurídico, político y democrático, donde la responsabilidad de fenómenos tan dañinos como la corrupción, es responsabilidad de todos.
Estamos ante un verdadero flagelo en las ecuaciones de relación Estado-gobernados, cuyo efecto es destructivo y su intensidad aumenta en los núcleos de dirección administrativa, generando un caos axiomático, pues hemos de ver que la gestión pública, debe su rectitud al reconocimiento por parte de todos, de los fines del estado y al cumplimiento de los principios orientadores de la función pública.
Cuando se habla de la Corrupción en el Estado Colombiano, es indispensable cercar la fuente de producción la misma, como forma de establecer una crítica focalizada; entonces concretamente nos referimos a que la funcionalidad del Estado Colombiano, desvía sus fines, es porque ha dejado de lado los principios que orientan la función pública. Concretamente la incidencia de la moralidad pública, en los procesos administrativos.
Encontramos que la moralidad pública, ha sido tratada desde siempre por los investigadores del derecho, pero que más difícil que su conceptualización se ha vuelto su aplicación. En realidad nos preocupa el ejercicio de la moralidad pública.
Al efecto cabe considerar que en el hombre, investido con el traje de servidor público, terminan confluyendo sus dos roles como lo son, el de ser un mero individuo y el de ser miembro de la sociedad. El hombre de hoy está confundido, entre sus propias proyecciones y el cumplimiento de los fines propios del Estado; el deseo de éxito, la ambición económica, la angustia de su temporalidad en el cargo, se enfrentan con un recóndito reservorio de valores que pugnan por salir frente a una realidad que los rechaza.
Es difícil parar, reflexionar y decidir y hacer brillar la moralidad en su conducta.
Esto, afecta al fenómeno social que a su vez trae una carga propia de obstáculos
Dentro de éste campo social encontramos al Estado, donde está inserta la función pública. La persona jurídica pública Estado tiene también una serie de componentes que sin perjuicio de unificarse para funcionar poseen identidad propia.
Encontramos una estructura organizacional diversificada, políticas públicas internas y externas no siempre coincidentes, un ordenamiento jurídico a veces compatible y otras no, una cultura diferente, intereses económicos y políticos encontrados y nuevamente hombres, pero aquí con una peculiaridad, son detentadores de una porción del poder público, lo que los hace diferentes y como más alejados del ejercicio de la moral que a cada paso pregonan.
En este análisis no debemos olvidar el sistema sobre el que se asientan, el Estado de Derecho. El Estado de Derecho no es una construcción formal carente de contenido axiológico. Como bien lo plantea Garrido Falla es mucho más que eso y se integra con valores . Valores que de ser quebrados pueden llevarnos a la pérdida de la propia identidad política y democrática.
Pensemos si no, en los sistemas de elección de los funcionarios que detentan una porción de poder y sustentémosla en una a política estatal que los defina jurídicamente conforme a valores en los que esté ausente la ética.
Un Estado de Derecho conformado sobre esta regulación,
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