Cortesia Y Sus Normas
Enviado por tonatiuh94 • 27 de Julio de 2013 • 2.505 Palabras (11 Páginas) • 518 Visitas
La Cortesía
La cortesía surge de una entrega auténtica y de ceder voluntariamente al otro parte de nuestro poder, de nuestro placer y quizá de nuestra comodidad... De poco nos servirá ser las personas más cultas y correctas si estas cualidades no nos proporcionan la sensación de bienestar y paz que obtenemos al dar un poco de nosotros mismos.
Ella puede abarcar o se la puede traducir también en cierto modo como todo el aspecto institucional de la vida social, las reglas existentes para el arreglo de los vínculos sociales principales.
Las fórmulas de cortesía son pequeñas frases hechas utilizadas muy a menudo en nuestra vida diaria. Aunque son muy variadas y algunas muy localistas o influenciadas por costumbres locales, vamos a indicar las más utilizadas y comunes que todos solemos utilizar a diario en nuestra vida tanto laboral, como social o familiar.
Las mismas pueden ir acompañadas en algunos casos por gestos como una sonrisa, una leve inclinación de cabeza, un saludo con la palma de la mano, entre otras.
La cortesía es una característica especial de los buenos vendedores y, en general, de las personas que logran tener preferencia cuando se establecen relaciones comerciales. Las personas que son afables son bien recibidas en todas partes y dejan una muy buena impresión respecto de ellos mismos y de la empresa a la cual representan.
Normas de cortesía
Debemos tratar con respeto a las personas, así podemos hablar con mayor claridad y también nos respetarán.
Las normas de cortesía son frases que utilizamos en la conversación para expresar nuestro agradecimiento.
Buenos días
Buenas noches
Buenas tardes
Gracias
Con permiso
Disculpa
Muy amable
Pase usted
Le ofrezco mi puesto
Por favor
No volverá a suceder
Si practicas las normas de cortesía vivirás más feliz en tu comunidad.
La forma más común de saludo es estrechar las manos. Cuando existe más confianza se saluda con un beso en la mejilla. Siempre es muy cortés, al ir de visita, llevar algún pequeño obsequio.
El decálogo de la cortesía
Ser afable en el trato con los demás.
Cultivar el servicio en bien de otros.
Honrar el credo de la amistad con los atributos de la cordialidad, gentileza y desinterés.
Ser galante.
Saludar amistosamente.
Ser solidario con los demás.
Reconocer los méritos de otros.
Auxiliar al necesitado desinteresadamente.
Ser sumiso a nuestros superiores.
Fórmulas para ser Cortés
Siempre da las gracias por una atención recibida, aunque ésta sea elemental.
Llega puntual a los compromisos que tiene.
Presta la debida atención a su compañero.
Cuando va acompañada de un hombre, se abstiene de fijarse en otros y alabarlos delante de él.
Si al entrar en una habitación, toca primero a la puerta y pide permiso, aunque se trate de su propio esposo o sus hijos.
Si mantiene sus rutinas de higiene y belleza en privado.
Habla en voz baja, y evade temas de conversación sobre temas polémicos o comprometedores.
Consulta con su pareja la posibilidad de aceptar o no una invitación en conjunto. No toma sola decisiones que les concierna a ambos.
Evita las demostraciones exageradas de amor en público, pero si demuestra su interés en él.
Trata de complacer a su pareja y no le impone sus preferencias, ya sea para ver un programa de televisión, al ir a un restaurante, etc.
Es amable con los amigos de él, aunque tenga pocos intereses en común con ellos.
Siempre es atenta con la familia de él.
Cuando lo llama por teléfono, verifica primero si no está interrumpiendo sus actividades.
Cortesía en la mesa
Nunca está de más recordar algunas reglas que quizás tengamos olvidadas.
Para ser una mujer perfecta, además de buena cocinera, ama de casa exigente y hospitalaria, tendremos que conocer también las principales reglas de cortesía y en particular las que tratan del comportamiento en la mesa, que las tenemos a continuación:
Masticar silenciosamente y no hablar nunca con la boca llena.
Los ruidos emitidos cuando se bebe, por ejemplo un caldo, están rigurosamente prohibidos.
No llenar nunca demasiado la boca.
Llevar la comida a la boca y no al revés.
En la mesa mantener el busto erguido, pero sin rigidez.
La servilleta no se ata alrededor del cuello, sino que se coloca sobre la falda ó los pantalones.
No apoyar los codos sobre la mesa, sino mantenerlos cerca del cuerpo, aun cuando se tenga que cortar un alimento más bien duro.
La cuchara sopera se llena sólo en sus dos terceras partes y no se apoya en los labios por su extremo, sino por un lado.
Cuando tengáis que inclinar el plato, para recoger las ultimas cucharadas de sopa, no lo inclinéis hacia vosotros, sino hacia el centro de la mesa.
El caldo en taza se bebe directamente de la taza misma sin utilizar la cuchara. Con esta última sólo está permitido probar él liquido para cerciorarse de que no está demasiado caliente.
La cuchara sopera se deja en el plato con el mango hacia la derecha y paralelo a vosotros.
Los alimentos no deben nunca esparcirse desordenadamente en el plato, sino que deben mantenerse recogidos en el centro del mismo.
El alimento se corta a medida que es llevado a la boca.
Esta absolutamente prohibido limpiar el plato con un pedazo de pan clavado en el tenedor.
Antes de beber es conveniente limpiarse la boca para evitar el dejar huellas en el vaso.
No se deben tomar nunca dos bocados a un mismo tiempo.
Los mariscos se toman con las manos, sosteniendo las conchas por un extremo. Sólo para las ostras están permitidos los cubiertos.
El pescado no se corta nuca con cuchillo, sino que se usan cubiertos especiales. Primeramente se le quita la cabeza, después la cola y finalmente se le practica un corte en el vientre, para extraer delicadamente los filetes.
El pan se corta con
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