Cortés Sola, Mónica.

El casamiento engañoso

Alférez Campuzano salía del hospital porque tenía sífilis y se encuentra con un amigo (Licenciado Peralta).

Tenía la sífilis porque se casó y la mujer se lo pegó. Campuzano le dijo que se iba a su casa a descansar y otro día se lo contaría todo. Pero el licenciado lo invito a comer a su posada y él aceptó. Fueron a misa y a comer. Empezó a contarle la historia.

Cuando él estaba en la ciudad con el capitán Pedro de Herrera fueron a una posada y aparecieron dos mujeres con dos criadas; una se pegó al capitán, y la otra a él. Él decía que se descubriese la cara y ella decía que no, cosa que a este le gustaba y más deseo le producía. Le enseñó la mano blanca llena de sortijas y joyas. Le dijo nuevamente que se descubriera y ella dijo que tenía una casa y que si la seguía su paje, se descubriría.

El fue un día guiado por su paje a su casa y no era tan guapa pero tenía una voz dulce. Pasaron los días viéndose, pero ella estaba acostumbrara a que le prometieran cosas. Ella se llamaba Estefanía de Caucedo.

Ella le dijo que buscaba un marido para servirle y honrarle, y ser su sirvienta y tratarlo bien. Como ella “se vendió” tan bien y él pensaba con la “entrepierna” y pensaba en el dinero, le dijo que él era el mejor con quien casarse. Se casaron.

Se fueron a vivir a la casa, él era el rey de la casa, todos estaban pendientes de él. Se levantaba a las 11, comía a las 12 y hacía la siesta a las 2. Como estaba tan a gusto, se le pasaban los días volando. A los seis días estaban un día en la cama y llamaron a la puerta, se asomó y dijo que era su señora Doña Clementa Bueso y su marido el señor Don Lope Meléndez de Armendárez.

Entró Clementa en la sala y se alborotó al ver al hombre en su cuarto con Estefanía. Ella dijo que cuando supiesen la historia quedaría disculpada.

Se llevó a su marido a otra habitación y le dijo que era una broma que Clementa quería darle a López Meléndez para cuando se casaran. Que ella le dejaba su casa y sus joyas y que cuando se c asara con Lope, a esta le daba igual que descubriera que era pobre. Dijo que la mentira duraría 8 días y que mientras se irían a casa de otra amiga, que cogiera su baúl y salieron sin despedirse de nadie.

Llegaron a la casa de una amiga y estuvieron largo tiempo hablando dentro. Luego les dijo que pasaran y los llevó a un cuarto con dos camas muy pequeñas.

6 días estuvieron y allí, mientras el marido le decía que había cometido una necedad al dejar a su amiga en su casa.

Un día la mujer salió a mirar sus cuentas y la amiga le preguntó a él que por qué discutían tanto y éste se lo contó todo. La mujer empezó a santiguarse y ella le dijo la verdad:

La mujer no tenía casa ni nada, Clementa era la señora de la casa y había salido a visitar a su familia y se había quedado unos días allí. Y le dijo

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