Crisis Economica

El fantasma de la crisis económica

En los últimos años el mundo se ha visto envuelto en una ardua lucha con un fantasma que ha causado temor en todos los países, la llamada crisis económica, la cual desencadenó múltiples problemas, tanto sociales como políticos. Al considerar la situación actual, cabe preguntarse: ¿Cree usted que la crisis económica tiene consecuencias políticas? Se ha visto como a medida que los problemas sociales aumentan, la confianza de las personas en sus gobernantes ha disminuido. Teniendo en cuenta lo anterior, se demostrará las consecuencias políticas de la crisis económica, tomando particularmente el caso de Italia.

Se le llama fantasma a esta fase por la que pasa el mundo, ya que actuó de una manera silenciosa desde sus inicios, descomponiendo poco a poco la solidez de sistemas económicos como los de Estados Unidos y Europa, hasta irse expandiendo a cada rincón del mundo. Italia ha sufrido trascendentalmente el cambio en la economía, “tiene la segunda mayor deuda de Europa después de Grecia y las medidas de austeridad del gobierno tecnócrata han sido tremendamente impopulares” (Keyworth, 2013). El alarmante aumento en los índices de desempleo, el cierre de empresas automotrices como Fiat y el crecimiento del crimen organizado, son la muestra de la falta de capacidad del gobierno para manejar los múltiples problemas que están surgiendo a raíz de la crisis económica.

Debido a lo anterior y a las políticas de austeridad planteadas por el gobierno italiano, muchos de los ciudadanos se han visto obligados a recurrir a la mafia que les presta dinero, mientras muchos de los bancos se rehúsan a hacerlo. De este modo se impide que haya una iniciativa de empleo, quedándose el país en un estancamiento continuo.

Muchos italianos culpan de todos estos problemas a la clase política de Italia y a causa de esta constante inseguridad en sus propios gobernantes, se ha visto como los cimientos del sistema político se han ido resquebrajando, permitiendo el surgimiento de nuevos líderes con promesas de cambio y la salida de algunos que no supieron manejar la presión del pueblo italiano (Keyworth, 2013).

Comenzando con la renuncia de Silvio Berlusconi tras sus múltiples escándalos como el de Ruby una joven marroquí con la que sostuvo relaciones sexuales, y las constantes acusaciones de corrupción dentro del partido político El Pueblo de la Libertad, destruyó poco a poco su imagen ante los ciudadanos (El legado de Silvio Berlusconi, 2011).

Tras la renuncia de Berlusconi, el economista Mario Monti fue designado por Giorgio Napolitano como primer ministro de Italia, asegurando recuperar las afectadas finanzas del país (Mario Monti acepta el encargo de formar nuevo gobierno en Italia, 2011), con un prometedor apoyo por parte del gobierno, la llegada de Monti daba luces hacia una posible salida de la crisis.

Había quienes no estaban tan seguros de que los problemas del país se solucionarían de la noche a la mañana. Una porción de italianos mostraban su descontento al no poder votar por su propio gobierno.

Sin embargo Monti realizó grandes logros en la

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