Crítica la viuda de apablaza.

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Facultad de Comunicaciones y Humanidades

Periodismo

Historia del teatro chileno

Macarena Guerrero

Crítica: “La viuda de Apablaza”

                                                                                           Nombre: Haydeé Campos G.

 Fecha: 27 de setiembre del 2016.

Una nueva lectura de “La viuda de Apablaza”: Búsqueda del equilibrio

Por Haydeé Campos G.

Después de leer “La viuda de Apablaza”, la magistral obra de Germán Luco Cruchaga, debo admitir que tenía expectativas preestablecidas. Como esta obra relata la vida en el campo en la década de los años 20 en Chile, emplea un lenguaje acorde a su contexto; tenía la sensación que me iba a costar trabajo entender algunos diálogos en la obra, no me equivoqué. Esta obra actualizada, en su intento de no desnaturalizarla no cambia los diálogos de su personaje, hecho que dificultad –en varios momentos– que los espectadores logren captar las conversaciones entre los actores. Los peones fueron los que utilizaron mayoritariamente la jerga campesina.

Rodrigo Pérez es el responsable de la puesta en escena de esta obra del drama costumbrista chileno en el Centro GAM. Él apuesta por distanciarse del criollismo, y más bien, apunta al simbolismo que contextualiza su referente a los espectadores, en vez de generar la ilusión de un reflejo. Esto último se ve reflejado a que el escenario en sí no juega un papel crucial para representar la vida en el campo o transportarnos a aquella época, sino más bien a las gesticulaciones de los actores y/o personajes que actúan en la obra.

Para reflejar el incesto como tema central de la obra, Pérez emplea como recurso la gesticulación de un espacio sombrío y oscuro. Propone un escenario no ostentoso, ya que solo utiliza una fachada como la casa en donde vivían los protagonistas. Se puede observar en la fachada, las herramientas que se utilizan en el campo como para hacerlo más identificable. Otro punto que se pudo notar fue que el director empleó el invierno en la obra porque se apreciaba el telón con colores invernales. Es por eso que hay evidencia clara de una apuesta más a las actuaciones e interacciones de los personajes (diálogos, etc.) que a los objetos que forman parte de la puesta en escena.

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