Cuencanos
Enviado por inesmarielita • 11 de Julio de 2014 • 532 Palabras (3 Páginas) • 257 Visitas
Cuencanos
El comportamiento de una persona varía según el lugar en donde nació. Por ejemplo, desde pequeños hasta ya ancianos los cuencanos son personas muy reservadas, tanto que por lo general siempre ocultan lo que quieren decirle a otra persona y si lo hacen no lo hacen de manera directa, puesto que usan terceros, cuartos, quintos, etc. El hecho es que resulta típico que la persona implicada termina enterándose lo que se dijo de ella por otras personas y no por el autor principal. Y es que el cuencano es muy astuto en las cuestiones de hablar de una persona a sus espaldas, al parecer eso es como uno de sus oficios.
En cuanto a los temas de conversación de los hombres es inaudito que se hable de sentimentalismos, cocina, experiencias compartidas, filosofía, religión. Eso es lo más detestable para un hombre. Sus conversaciones deben tratar exclusivamente sobre los siguientes temas: las mujeres que según se dice que tuvo, tiene y tendrá, los asuntos sobre automóviles, motos, celulares, fútbol, fiestas, borracheras y peleas son indispensables.
Por otro lado, las mujeres hablan de los chicos más guapos, de sus historias de amor, de su maquillaje, ropa, zapatos, accesorios en general y cuando tienen en sus manos una revista de Ésika, Cy°zone u otras, siempre piden el consejo de sus amigas sobre el tono o color que le quedaría. Es más, en algunos casos deciden comprar el mismo artículo para verse como hermanas inseparables.
En lo que se refiere al vocabulario cuencano, siempre hemos de escuchar el famoso gara, garota o garísima para decir que algo es agradable. La doble r es parte del acento cuencano. El gerundio es también muy común, por ejemplo: darás llevando, darás cogiendo puesto, darás guardando, etc. En una conversación, es muy frecuente escuchar la palabra chendo para expresar que lo que se dijo es broma. Es habitual decir acolitarás cuando se necesita apoyo. Cuando a un cuencano todo le salió bien por lo general dice que le fue al pelo. Al contrario, cuando algo le fue mal dice hecho leña y cuando no tiene otra opción o desea evadir algo dice ya nada.
Cuando un hombre se enoja con su compañero suele retarle a la pelea física o simplemente se aleja de él. Cuando hay reconciliación olvidan lo sucedido y vuelven a llevarse como siempre. En el caso de las mujeres las riñas son ser por los novios y cuando sucede eso suelen sacar a la luz los mayores secretos de su examiga. Además, hablan sobre cómo le aguantaron durante todo ese tiempo. La mayoría jamás llega a reconciliarse, solo muy pocas lo hacen.
Cuando los cuencanos viajan a otra ciudad, ya sea por motivo de trabajo o por vacaciones es muy común verlos en un restaurante pidiendo su típico arroz con pollo, café con pan, mote pillo, humitas, etc. Además, es muy fácil distinguirlos por su acento. En fin, el cuencano es único, si se esconde por un lado, por el otro trata de ser el centro de atención.
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