Cuento el joven y la salchipapera
Enviado por Jhonny David Laura Cabrera • 6 de Abril de 2017 • Trabajo • 447 Palabras (2 Páginas) • 238 Visitas
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EL JOVEN Y LA SALCHIPAPERA
En su inocencia, un joven en el andar de la calle por un día de mucho ajetreo, no sabía de lo que le esperaría, cuando al atardecer, cerca de una esquina pudo contemplar una de las salchipaperas, esas cholas y cholitas que venden y andan coqueteando a los changos, grande fue su sorpresa cuando una cholita que atendía uno de los quioscos, le llamo con una voz atractiva y le dijo: -¡¡cómprame joven¡¡
-Y el joven respondió cuanto cuestas cholita…
Ella, con una mirada de sorpresa se ha reído en carcajadas, jajaja
En su temor el joven dijo: perdón, perdón, - ¿cuánto cuesta la salchipapa? Fue donde empezó a conversar con ella y donde comenzó a sentir mariposas en el estómago.
- Ella le dijo al joven cómo te llamas? con una sonrisa,
- Mas él le respondió, tartamudeando, eh, eh, eh Marcelino, para servirle.
Dentro de sí dijo: ¡¡Rayos, habla bien hombre que te pasa buey¡¡
Luego como que tomando el valor dijo, y tu cholita hermosa linda -¿cómo te llamas?, estoy encantadísimo de saber su nombre.
- Ella respondió, yo me llamo Tiburcia,
Mas Marcelino respondió, - que bonito nombre tiene
Fue donde pensó que ella sería el amor de su vida,
Grande fue su sorpresa cuando dos jóvenes que parecían unos gorilas vinieron tras él, mientras hablaba con ella, Marcelino pensó que era uno de sus caseros que iban a comprar al igual que él.
A medida que se acercaban fue cuando de repente se escuchó una voz ¡¡¡Porque vas jodiendo a mi ñata!!!
- No le tomo la importancia, mientras Marcelino continuaba hablando con ella.
Ilusionado de su belleza y admirado de sus ojos, no le importaba a Marcelino lo que pasaba, para el solo era la Tiburcia,
Pero no sabía lo que le iba a pasar.
Y nuevamente escucho esa voz, esta vez más cerca, fue cuando se dio la vuelta:
Y de repente le agarraron de los pies y las manos, fue cuando no pudo hacer el joven nada y le llevaron a un poste, mientras Marcelino gritaba diciendo quienes son, porque me están haciendo así, ahyy ahyyy ahyy.
Al saber que tenían que llevarle al poste, y no imaginaba el dolor que soportaría,
Fue cuando cerró los ojos al sentir que llegaba el momento, y cuando choco al poste, dijo - ¡¡¡Ahyyyy Tiburcia. ¡¡¡.
Al momento vino uno de sus primos que vivía cerca del barrio, fue el que socorrió a Marcelino, mientras los dos jóvenes se dieron a fuga.
Fue cuando Marcelino reflexiono y recapacitó, ya que esos dos jóvenes eran sus amantes de la Tibursia, y que no debía hablar con la salchipapera, para evitarse de la paliza que le dieron.
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